Nueva artillerí­a contra crisis


Un protestante por la crisi económica manchó con una cruz la bandera  de la Unión Europea cerca de las instalaciones del Banco Central de Islandia.   AFP  Halldor Kolbens

Japón y Australia anunciaron hoy medidas contra la contracción del crédito, uno de los detonantes de la crisis mundial, que abrió una brecha polí­tica en Europa y agravó el desempleo en paí­ses como España, con casi tres millones de desocupados.


La entrada en recesión de Estados Unidos, que hundió ayer a la Bolsa de Nueva York en la cuarta peor caí­da de su historia (-7,7%), desplomó hoy a los mercados asiáticos: Tokio cayó un 6,35%, Hong Kong un 5% y Seúl 3,3%. Sí­dney reculó un 4,2%.

Pese a que los mercados ya habí­an asumido la realidad de una recesión en Estados Unidos, los analistas señalaron que su confirmación dejó aún más desalentados a los inversores.

En Europa, en cambio, las bolsas se recuperaban de la hecatombe de ayer. Hacia las seis de la mañana (hora de Guatemala), Londres subí­a 1,44%, Fráncfort 2,37%, Parí­s 1,18% y Madrid, 1,86%.

Para enfrentar la ralentización de la economí­a, el banco central de Australia recortó hoy su principal tipo de interés, de un punto porcentual, a 4,25%, su mí­nimo en más de seis años.

Una medida similar podrí­an aplicar el jueves el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra.

En Japón, segunda economí­a mundial ya sumida en la recesión, el banco central anunció una nueva serie de medidas para permitir que las empresas debilitadas por la crisis financiera accedan al crédito.

La institución nipona aplicó un plan similar en noviembre de 1998, después de que una serie de bancos quebraran bajo montañas de deudas tóxicas.

Grandes entidades bancarias en el mundo han caí­do en bancarrota o han sido compradas durante la actual crisis, que tiene su origen en la implosión del mercado de las hipotecas basura -las subprimes- en Estados Unidos.

El Wall Street Journal informó de que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, presentará hoy un nuevo programa para facilitar las condiciones del crédito.

Las medidas, financiadas en parte por el plan de rescate de 700 mil millones de dólares aprobado por el Congreso estadounidense, «mejorarán el acceso a los préstamos para comprar automóviles, para los estudiantes y las tarjetas de crédito», señaló el diario.

La Comisión Europea anunció que prevé aceptar nuevas ayudas para los bancos, en medio de las crí­ticas recibidas por su rigidez ante los rescates bancarios.

«La Comisión aprobará antes de Navidad una serie de posibilidades de ayudas adicionales para enfrentar la llegada de la crisis financiera a la economí­a real», dijo la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes.

Los ministros de Finanzas de Alemania y Suecia habí­an cuestionado previamente la «burocracia» de la Comisión por poner obstáculos a los planes de rescate de cada paí­s.

Los titulares de Finanzas de la UE se encontraban reunidos en Bruselas para debatir el plan de reactivación económica de 200 mil millones de euros (260 mil millones de dólares).

Sin embargo, las divergencias saltan a la vista y muchos de los 27 se muestran reticentes a sacar sus billeteras.

Alemania, motor económico de Europa, es la que ha criticado con más fuerza el plan presentado por la Comisión Europea y afirmó que se limitará a respetar su propio paquete de medidas, que representa ya un monto de 32 mil millones de euros.

El plan de Bruselas, cuyo monto supone el 1,5% del PIB (Producto Interior Bruto) de la UE, está basado en un abanico de alternativas para que cada paí­s elija la que más le convenga.

Después de su examen por parte de los ministros de Finanzas, el plan será sometido a los lí­deres europeos en su cumbre del 11 y 12 de diciembre.

Mientras se discuten esos planes, la crisis sigue trayendo sus malas noticias cotidianas.

Hoy, fue la de la agravación del desempleo en España, que subió un 6% en noviembre frente al mes anterior y afecta ya a tres millones de personas.

El sector más afectado es el de la construcción, que en la última década creció desmesuradamente y ahora se enfrenta a la caí­da de las ventas, al cierre de las empresas y al desempleo de sus trabajadores, gran parte de ellos inmigrantes.

UE División por monto


Los ministros de Finanzas de los 27 paí­ses de la Unión Europea (UE) estaban de acuerdo hoy en Bruselas en las grandes lí­neas del plan de reactivación económica lanzado por la Comisión Europea, aunque varios de los socios se negaban a asumir compromisos concretos en materia de fondos.

Durante la reunión en Bruselas, la Comisión Europea aceptó por otra parte revisar las reglas de las ayudas para los bancos enfrentados a la crisis financiera, tras duras crí­ticas de varios paí­ses, entre ellos Alemania, por su rigidez.

La reunión de anoche del Eurogrupo (foro de ministros de Finanzas de los 15 paí­ses de la Eurozona), ampliada hoy a los 27 miembros de la UE, estuvo centrada en el plan de reactivación presupuestaria presentado por Bruselas por un monto de 260 mil millones de dólares (200 mil millones de euros).

En ese marco, si bien los 27 coincidieron en la necesidad de coordinar las iniciativas, también hubo lugar a «todo tipo» de posiciones sobre el esfuerzo del 1,5% del PIB (Producto Interior Bruto) contemplado en esa propuesta de estí­mulo presupuestario.

«El debate del impulso fiscal dio lugar a posiciones de todo tipo ayer tarde y también esta mañana. En definitiva, todo el mundo está de acuerdo en que tenemos que hacer un esfuerzo importante, da igual cuándo se adopten las medidas, pero que tengan un gran impacto en el año 2009», indicó hoy el ministro español de Finanzas, Pedro Solbes, en una conferencia de prensa.

Ya anoche, el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, se habí­a negado a asumir la cifra de 260 mil millones de dólares como una obligación.

«Yo no pondré mucho el acento en estas cifras, lo importante es la dirección y que todo el mundo esté de acuerdo con hacer un esfuerzo importante», habí­a dicho Juncker.

«Coordinar los planes nacionales es más importante que ponerse de acuerdo de manera teórica sobre unas cifras exactas», habí­a añadido.

El plan de Bruselas está basado en un abanico de alternativas para que cada paí­s elija la que más le convenga y propone a los paí­ses del bloque recurrir al déficit público para impulsarlo.

Previsto para dos años (2009 y 2010), el dinero del plan saldrá en su mayorí­a de las arcas nacionales (170 mil millones de euros), mientras que los 30 mil millones restantes serán aportados por el presupuesto comunitario y el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Una fuente europea cercana a las discusiones reconoció que habí­a un debate en torno a cómo se medirá el 1,5% del PIB de contribución, porque «los esfuerzos de cada Estado serán diferentes».

Paí­ses como Alemania y Holanda consideran haber hecho ya un esfuerzo considerable y se niegan a pagar más.

«No participaremos en una carrera insensata de miles de millones» de gasto, advirtió la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlí­n.

«Ya hemos hecho mucho», estimó por su parte el ministro holandés de Finanzas, Wouter Bos, en Bruselas.

Además de Alemania, los paí­ses más escépticos al plan de Bruselas son Polonia y República Checa, que asumirá la presidencia de la UE el 1 de enero de 2009 de manos de Francia.

En cuanto a la controvertida cuestión de las ayudas estatales para recapitalizar bancos, Bruselas aceptó flexibilizar sus reglas tras un duro ataque de un grupo de paí­ses liderados por Alemania y Francia.

«Hasta ahora actuamos en la crisis de manera honorable y hemos recorrido ya un camino para resolver los problemas de los bancos. Pero debemos hacer más», declaró la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, al final de una reunión con los ministros.

«La Comisión aprobará antes de Navidad una serie de posibilidades de ayudas adicionales para enfrentar la llegada de la crisis financiera a la economí­a real», agregó Kroes.

Esta concesión se produce luego de que algunos paí­ses cuestionaran abiertamente la «burocracia» de la Comisión Europea por poner obstáculos a los planes de rescate bancario de cada paí­s frente a la crisis financiera.