Nuestros achaques


Quien de nosotras/os no presenta una dolencia fí­sica o achaque, un dolor poco comprensible por los médicos a quienes se ha consultado o por una dolencia fí­sica o un conjunto de las mismas.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
crismodenesi@gmail.com

Me duele la espalda, la cabeza, me hormiguea el brazo, me mareo, tengo palpitaciones, los pies y las manos las siento frí­as, mantengo dolor corporal, mi estómago se me infla, me duelen las piernas.

En fin puede ser cualquier dolor o incomodidad referida hacia nuestro cuerpo.

Existen una serie infinita de malestares expresados dentro de nuestros cuerpos entre otros: vómitos, dolor abdominal, náuseas, distensión gástrica, diarrea, dolor en las piernas o en los brazos, dolor de espalda, dolor articular, micción dolorosa, dolores de cabeza, dificultad respiratoria, palpitaciones, dolor en el pecho, mareos, dificultad para tragar, pérdida de la memoria, cambios en la visión, parálisis o debilidad muscular, apatí­a sexual, relaciones sexuales dolorosas, impotencia, menstruación dolorosa, menstruaciones irregulares, sangrado menstrual excesivo.

Dentro de la psiquiatrí­a a todo este conjunto de sí­ntomas expresados corporalmente se le denomina Trastorno por somatización (nuestros achaques). Es una afección crónica en la cual hay numerosas dolencias fí­sicas, que pueden durar por años y ocasionar dificultades en el desenvolvimiento de la persona en su cotidianidad. Los sí­ntomas fí­sicos son causados por problemas psicológicos y no se puede identificar ningún problema fí­sico subyacente.

Causas, incidencia y factores de riesgo

Este trastorno se caracteriza por un patrón de dolencias fí­sicas múltiples que involucran cualquier sistema corporal y que persisten por años. Las dolencias involucran dolor y problemas crónicos con los diferentes sistemas biológicos corporales. Usualmente comienza antes de los 30 años y tiende ser más frecuente en las mujeres que en los hombres.

Las investigaciones recientes han mostrado mayores porcentajes de este trastorno en personas con sí­ndrome de colon irritable y pacientes con dolor crónico.

El trastorno de somatización está altamente estigmatizado y, a menudo, los médicos desestiman a los pacientes con el argumento de que el problema «está en sus cabezas».

El que sea producto de problemas emocionales y de causas aún no muy conocidas no confiere el derecho a ningún médico ni ninguna otra persona, de descalificar los sí­ntomas de quienes padecen el mismo. Se ha evaluado una asociación de este trastorno con la problemática de abuso infantil en especial el sexual.

Para nosotros los seres humanos nos es necesario dar nombre a las molestias que sentimos, de lo contrario nos encontramos sin oportunidad de un tratamiento especí­fico y sin esperanzas de mejorar ante nuestros problemas. Antes de caracterizar cualquier molestia fí­sica como producto de sí­ntomas emocionales es perentorio realizar un análisis médico exhausto. Pero evitando procedimientos riesgosos e invasivos para las personas.

Los sí­ntomas a menudo empeoran con el estrés. Y pueden estar asociados también a otros trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad. Dentro del tratamiento se incluye en algunos casos el uso de fármacos, enseñanza de técnicas para el manejo del estrés, psicoterapia individual o grupal que ayude al esclarecimiento del trasfondo de esta problemática. Concienciar a las personas de practicar técnicas de auto cuidado personal tales como; técnicas de relajación, ejercicio fí­sico, mejora en los hábitos alimenticios, aprendizaje del manejo del tiempo y de una conducta asertiva. Y sobre todo el énfasis puesto en la conciencia, comprensión y expresión de sus emociones.