Nuestra intención es salvar vidas


Oscar-Clemente-Marroquin

Ayer se publicó el mensaje del señor Castellanos, de Claro, en el que pretenden obviamente salir en caballo blanco y dicen que la denuncia del celular que nunca desactivaron como robado no se presentó en la forma correcta. Nuestra reportera, graduada universitaria y con años de experiencia en el trabajo, hizo exactamente lo que le indicaron en las telefónicas que debía hacer para lograr el bloqueo definitivo del teléfono. La intención de La Hora no era ni es la de perjudicar a nadie, sino simplemente corroborar si el famoso acuerdo para nutrir la base de datos de celulares robados funciona.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


Lo primero que comprobamos es que no es fácil realizar la denuncia porque no se le facilita el trámite al usuario sino que se le obliga a engorrosos procedimientos. Y eso estaría bien si al final de cuentas el resultado fuera precisamente el de ir evitando el robo de celulares, porque creo que es indispensable que los usuarios denuncien el robo y proporcionen los datos del aparato para que sea bloqueado. Si los particulares hacen eso y las telefónicas cumplen, simplemente se acaba el negocio de los ladrones.
 
 Pero aún y cuando el usuario llega a las oficinas a realizar la denuncia, comprobamos que no hay tales, que no se alimenta la base de datos y hay que averiguar si realmente, como dice Claro en su nota, durante ocho días tuvieron bloqueado ese aparato en espera de una ratificación que nunca se informó al usuario que debía hacer. Hablan del convenio suscrito entre los operadores, con el Ministerio Público y la SIT, pero ese convenio que ahora esgrimen como pretexto para justificar que no se bloqueó el aparato nunca se divulgó. Millones gastan las telefónicas en promociones y anuncios, pero no dedican ni un centavo a informar a la gente sobre cómo proceder para que un aparato robado no vuelva a ser usado.
 
 Y eso es lo que huele mal, además de la arrogante actitud de gente como Castellanos que aún y cuando se les machucó la cola, no con el ánimo de jocotearlos a ellos, sino simplemente de salvar vidas, se aferran a culpar al cliente en vez de asumir su responsabilidad social. Tanto se habla de esa paja ahora, pero cuando hay vidas de por medio enchincha que salgan respuestas tan babosas.
 
 La evidencia de que nuestro trabajo es un esfuerzo serio por aportarle al país es que al corroborar que Tigo sí bloqueó el teléfono lo publicamos tal cual. Porque no andamos viendo como dejamos en ridículo o afectamos a las empresas, sino que pretendemos que se reduzca el robo de celulares. En Estados Unidos ahora mismo se trabaja en un plan para llegar, algún día, a tener una base de datos de celulares robados para evitar el robo creciente que afecta ya a mucha gente y que se ha tornado violento. Un factor que ayuda mucho es la enorme cantidad de teléfonos inteligentes de avanzada tecnología y la costumbre a usar clave para bloquearlos, lo que los hace inútiles para los ladrones salvo que los roben cuando están abiertos y ellos pueden cambiar la clave, pero eso ya es más difícil.
 
 En Guatemala no funcionan igual las cosas y las telefónicas, que sinceramente pueden ayudar mucho, aunque ello pueda significar baja en la venta de nuevos chips para surtir de número y tiempo de aire a los celulares robados, no aportan lo que debieran aportar. Debe saber el señor Castellanos, de Claro, que los guatemaltecos realmente sabemos que mientras los aparatos puedan ser reactivados y vendidos nuevamente en el mercado, continuará el robo y que él y sus colegas podrían salvar muchas vidas si se ponen la mano en la conciencia.