Noviembre rebelde


Ayer, 13 de noviembre, se cumplieron 46 años del levantamiento militar dirigido por oficiales jóvenes contra el régimen de Miguel Ydí­goras Fuentes. La rebelión se debió en gran medida al descontento por la autorización de que en suelo guatemalteco entrenaran mercenarios y cubanos exiliados, que después fracasaron en el intento de derrocar al gobierno revolucionario de Cuba durante el episodio de la «Bahí­a de Cochinos» o Playa Girón.

Marco Vinicio Mejí­a

El 24 de enero de 1962 fue ametrallado el temible esbirro policí­aco Arnulfo González Ovalle (Siete Litros). El hecho provocó que Ydí­goras desatara la represión polí­tica y la censura de prensa. El 26 de febrero del mismo año, los insurgentes tomaron la Radio Internacional y leyeron la proclama que anunció la creación del Frente Rebelde Alejandro de León Aragón, en el oriente del paí­s. Para la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH), esa última fecha fue el punto de partida de la guerra interna que culminó con la firma de la paz el 29 de diciembre de 1996, estableciéndose la duración del conflicto en 34 años y diez meses.

El 1º. de marzo de 1962 se dio el cataclismo cí­vico-polí­tico conocido como «Jornadas de marzo y abril». Según í‰dgar Balsells Tojo, «Los medios de comunicación escritos se significaron en el apoyo al gobierno y no cabe duda que esta toma de posición por parte de las empresas periodí­sticas se debió al temor de un triunfo revolucionario. Lo del comunismo fue el pretexto esgrimido, como tantas veces antes, para evitar cambios necesarios en la estructura del Estado guatemalteco.» (2000: 73-75).

Al acercarse el fin de la presidencia de Ydí­goras se convocó a los comicios que debí­an realizarse en noviembre de 1963. Juan José Arévalo estaba exiliado en México y una coalición de partidos le propuso la candidatura presidencial, la cual aceptó por medio de la Carta Polí­tica al Pueblo de Guatemala. La popularidad del ex Presidente provocó alarma en las filas del Ejército y entre los sectores conservadores. Uno de los más declarados adversarios de Arévalo, Clemente Marroquí­n Rojas, reconoció: «yo creo que si Arévalo viene el 31 de este mes y lo recibe el pueblo que él espera, no habrá nada que le cierre el camino a la presidencia de la república. Las declaraciones del presidente Ydí­goras no valen nada en este sentido; porque, siguiendo a Arévalo una buena parte del pueblo, salen sobrando policí­as, liberacionistas, ejército y cuanta fuerza se le quiera poner por delante». (1965: 113-114).

Arévalo se adelantó a ingresar a Guatemala el 30 de marzo de 1963, para iniciar una campaña electoral con amplias posibilidades de triunfo. En la madrugada del dí­a siguiente, el Ejército defenestró a Ydí­goras de la presidencia e instaló un gobierno militar encabezado por Enrique Peralta Azurdia. De acuerdo a documentos desclasificados por la CEH, el temor de Estados Unidos de que un nuevo gobierno de Juan José Arévalo afectara sus intereses condujo a la aceptación del Golpe de Estado. Se inició así­ una época de dictaduras militares que se prolongó hasta enero de 1986.