Motivo de admiración para el doctor Ricardo Asturias Valenzuela y para todas las distinguidas personas que trabajan en diferentes cargos de la junta directiva, que lleva el fin de servir a hogares necesitados en el cuidado y atención, en el proceso de la educación de sus hijos, siguiendo el trabajo planificado y cumplido a través del personal especialmente preparado, para que cada niño reciba la guía que le es adecuada, atendiendo los aspectos de su personalidad: físicos, intelectuales y morales, como pude observar en el tiempo que tuve el gusto de laborar en la Sociedad, visitando y supervisando las cinco Casas del Niño en ese año.
El tiempo ha pasado y el trabajo por sostener las Casas del Niño, con muchos esfuerzos económicos, continúa, pero Nuestro Señor no ha permitido que la labor se suspenda y con su ayuda sigue adelante, atendiendo a la niñez de nuestra Patria.
Bendiciones para los que hacen posible este
gran esfuerzo.
Con cariño,