El escritor y periodista argentino Tomás Eloy Martínez trabajó en una novela hasta el último aliento, al punto que decidió el final apenas una semana antes de que llegara el suyo. A diez meses de su muerte, uno de sus hijos duda si debe publicar esta obra inconclusa.
«Estamos hablando con su editorial, que es Alfaguara, ellos quieren publicarla. Yo todavía estoy indeciso», reconoce Ezequiel Martínez en una entrevista realizada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, oeste de México.
El último libro del profuso periodista y autor de nuevos clásicos argentinos como «La novela de Perón» (1985) o «Santa Evita» (1995), se titula «El Olimpo» y la escribió entera, pero sólo alcanzó a revisar 8 de sus 20 capítulos.
«Vamos a ver si se publica así, con esta salvedad, simplemente para saber en qué estuvo trabajando hasta el último minuto, o nada. Porque no es una novela pura de él, sino un proyecto de trabajo», razonó su hijo, editor de la revista cultural í‘ del diario argentino Clarín.
Enfermo de cáncer, Tomás Eloy Martínez (Premio Alfaguara 2002 con «El vuelo de la reina») pidió «hasta en su última semana, cuando tenía dificultades motrices, que le pusieran frente a la computadora para retocar su novela» y no dejó instrucciones sobre qué hacer si fallecía antes de completarla, lo cual ocurrió el pasado 31 de agosto a sus 75 años.
«í‰l pensó que la iba a terminar. Estaba en duda entre dos finales y lo decidió una semana antes de morir (…) No llegó a hablar de qué quería hacer, hubiera sido más fácil para mí», reconoció Ezequiel.
«Porque mi padre era muy riguroso con lo que editaba. Tiene una novela terminada desde hace muchos años que nunca quiso publicar. Y su primera novela, «Sagrado» (1969), tampoco quiso reeditarla», argumentó.
«El Olimpo» narra cómo los dioses griegos están cansados de ser inmortales y deciden morir. Para ello recorren la historia de la humanidad buscando el lugar con mayor maldad y viajan hasta la Alemania de Hitler.
Pero allí los dioses no logran su deseo y siguen explorando. Hasta que descubren que en la Argentina de la última dictadura (1976-83) hubo un centro de detención clandestina al que también se denominó «El Olimpo».
Tomás Eloy Martínez sí organizó la creación de una fundación, que llevará su nombre, que será inaugurada hacia marzo y otorgará un premio en categoría ficción y otro de no ficción para jóvenes narradores latinoamericanos.
La sede de la fundación será la biblioteca Miguel Cané, en el barrio bonaerense de Boedo, en la que trabajó 10 años Jorge Luis Borges.
«Â¡Qué conversaciones les esperan a Borges y a Tomás, para toda la eternidad», destacó el domingo el escritor nicaragí¼ense Sergio Ramírez en un homenaje que rindió la Feria de Guadalajara a Tomás Eloy Martínez.
En el evento se mostraron fotografías del gran narrador argentino, creador de suplementos de periódicos y revistas en su país y Venezuela, donde se exilió durante la dictadura militar.
Entre las imágenes sobresalían algunas en las que aparece junto al mar, con la cabeza rapada por el tratamiento. Su hijo las relató a las decenas de personas que acudieron al homenaje.
«í‰l soñaba con ver el mar. Quince días antes de su muerte lo llevamos. Ya no caminaba. Lo cargamos en una reposadera, como a un faraón. Quiso mojarse los pies, sentir las olas. La foto que ven es eso».