Nos UNE una mala elección, Colom. Esta vez, pensemos bien


alfonso-carrillo

El Estado de Guatemala está organizado para proteger a la persona y a la familia; su fin supremo es la realización del bien común.

 


El Presidente está obligado a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes.

Conforme la Constitución, entre otros, es deber del Estado garantizarles a los habitantes de la república la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona. Igualmente dispone que el Estado protegerá la salud de los menores de edad y de los ancianos. Les garantizará su derecho a la alimentación, salud, educación y seguridad y previsión social.

¿Ha cumplido Colom con la Constitución? ¿Ha hecho cumplir la Constitución? ¿O es el primer ejemplo para incumplirla?

Si queremos cambiar el curso de la historia de Guatemala tenemos que elegir un Presidente í­ntegro, comprometido con ser el lí­der de gobierno y que se enfoque en cumplir dichas garantí­as y obligaciones del Estado.

¿Cuál es la actual situación de la garantí­a de la vida? En la actualidad, somos uno de los paí­ses más violentos del mundo. Colom en vez de incrementar recortó el presupuesto de Gobernación y ha autorizado transferencias de fondos de ese ministerio a los programas de Mi Familia Progresa para ayudar a la imagen de Sandra Torres.

En cuanto a la justicia, el presidente Colom eligió para la Corte de Constitucionalidad a su abogado y a una abogada con quien ha tenido una estrecha relación. ¿Qué interés tiene el presidente Colom? ¿Nombrar magistrados independientes e imparciales para que impartan justicia o nombrar magistrados afines a él para que lo protejan por violar e incumplir la Constitución? ¿Por qué no se persigue a todos los funcionarios corruptos?

El presidente Colom ofreció que velarí­a por la seguridad de los ciudadanos. Por el contrario, Colom ha nombrado a muchos funcionarios en el área de seguridad que luego han sido procesados. Por ejemplo: Salvador Gándara, exministro de Gobernación, quien actualmente enfrenta cargos de lavado de dinero y ha sido removida ya su inmunidad. Raúl Velásquez, exministro de Gobernación, quien también enfrenta cargos por fraudes con fondos de Presidios y la Policí­a Nacional Civil. Francisco Jiménez, exministro de Gobernación, en contra de quien se giró orden de captura por fraude en el Registro Nacional de las Personas, y íngel Rodrí­guez, exviceministro de Gobernación, en contra de quien se ha girado orden de captura por fraude en el Registro Nacional de las Personas. En el gobierno de Colom se nombró a Marlene Blanco Lapola y Porfirio Pérez, exdirectores de la Policí­a Nacional Civil (PNC), ambos procesados posteriormente.

En cuanto a la paz, Colom ha hecho múltiples discursos y actos que fomentan la confrontación de los guatemaltecos y no la paz. ¿Qué clase de Presidente elegimos?

¿Cómo ha cumplido Colom con garantizar el desarrollo integral de los habitantes? Los estudios de organismos internacionales concluyen que Guatemala ocupa el último puesto en desarrollo infantil, que tiene la peor educación del Istmo, y que mantiene uno de los primeros puestos en muertos por desnutrición infantil. Hay crisis hospitalarias, mujeres mueren por falta de asistencia médica. Faltan aulas y hay muchí­simas escuelas sin apoyo.

Guatemaltecos no podemos tener otro desastre de presidente como ílvaro Colom, quien ha permitido la corrupción a manos llenas, ha nombrado magistrados de la Corte que le conviene, ha violado la Constitución y las leyes. 

Mal ha administrado el dinero de nuestros impuestos, dinero que tení­a que utilizarse para garantizarle a los habitantes de la república la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona, incluyendo la salud, la educación, especialmente la infantil y de la juventud.

Cada pueblo tiene el gobierno que se merece. La mayorí­a eligió a Colom. Asumamos nuestra responsabilidad y pensemos bien nuestro voto. No seamos ciudadanos tolerantes, actuemos y exijamos gobernantes que hagan su trabajo, exijamos la destitución de los que abusan del poder.