Los que acostumbramos a mandar opinión a los medios de comunicación, los reporteros, columnistas de planta, diputados, Contralores de Cuentas, etc., que estamos pendiente de lo que no huele a limpio, hacerlo notar ante los encargados y ante el responsable de que todos los actos de la administración pública, para lograr que estos sean transparentes.
Sin embargo, siempre se ve la tendencia a inclinarse por lo más fácil, aunque no sea lo más importante o lo que más provoca daño a las finanzas del Estado. Se le pone atención al costo de una carretera pequeña, a salarios, a gastos menores, etc. pero se trata de obviar temas difíciles o criticar temas sociales, aunque sea notorio que las cosas no están caminando como debieran.
Hay temas de asuntos que pudieran estar caminando bien, pero que ni por curiosidad son tocados, pues los consideran muy complicados y para qué complicarse la vida. Entre estos temas, está el sistema que está contratando el Renap para emitir los Documentos Personales de Identificación DPI, que nada más y nada menos nos costará la bicoca de Q800 millones que es una cantidad bastante considerable.
La realidad es que nadie afuera del Renap sabe cómo funciona el sistema, ni siquiera sabemos si al final de los diez años nos quedará la base de datos de huellas digitales en propiedad, si esta base de datos inmediatamente alerta al sistema si una persona está tratando de adquirir doble identidad, si cuando se inscribe el nacimiento de una nueva persona, esta queda amarrada a sus padres, y como los padres tenían cédula o DPI, también quedará amarrada a sus abuelos, etc. Tampoco se ha explicado mucho sobre los registros faciales y otras supuestas características de avanzada que pueda tener el sistema.
Estamos asumiendo que todo esto lo conocen los del Renap, pero que no lo han hecho público es por que cuando hay conferencias de prensa, o los diputados, o los contralores de cuentas, no les requieren esa información, pero lo grave sería que ni los que dirigen el Renap lo supieran y que por eso no lo dan a conocer a la población, a pesar de que estamos invirtiendo una considerable cantidad de dinero.
Yo si lo he preguntando podría decir que por más de 20 veces, pero quién soy yo para que le den una respuesta, o que de repente no dan ninguna respuesta por que nadie que trabaje en esa dependencia ha leído mis opiniones. Por eso yo por este medio rogaría que si algún columnista de renombre lee estas inquietudes, agarrara la estafeta y cuestionara las bondades del sistema y cómo se resolverán los problemas que se vayan suscitando.