Nos están jodiendo la vida


Para los que piensen o digan que soy un «malcriadote» (sólo eso me faltaba), aclaro que la palabra «joder» es quizás una de las más castizas en el habla castellana, fuera de que una de las pocas glorias guatemaltecas en el arte de la poesí­a cantada, Ricardo Arjona, tiene una muy bonita canción en donde suena constantemente el tema de «me están jodiendo la vida», así­ que lo único que yo hago es convertir el «me» en nos y ponerlo en plural.

Héctor Luna Troccoli

Y empiezo por decir que la Organización de Paí­ses Exportadores de Petróleo -OPEP-, comandada por un montón de árabes millonarios y el latino Hugo Chávez (quien me cae como patada), han decidido desde hace algún tiempo, por sus propias pistolas, subir constantemente el precio del barril de petróleo, lo que conlleva que también sus derivados como la gasolina, el gas propano, el diésel, el búnker y otros más, también suban de precio, produciéndose un efecto multiplicador en casi todos los rubros básicos de sobrevivencia para la clase media y pobre de este paí­s, mientras otros, como el Gobierno central recibe más ingresos tributarios y los nefastos transportistas se siguen burlando de todos, exigiendo subsidios, aumentando pasajes, y manteniendo sus unidades en el estado sempiterno de chatarras de la muerte.

Esto es una parte del problema, porque para terminarla de «joder», los mismos dirigentes corruptos y cuerudos del transporte pesado impulsan a los abusivos, cafres y peligrosos ambulantes choferes de estos enormes tráileres, a realizar un paro de labores para que la municipalidad de Guatemala les permita transitar en las horas pico por estas calles y avenidas de la metrópoli que ya no se dan abasto para tanto carro y tanto piloto verdaderamente estúpido y estúpida (como, repito, hay que decir ahora), que circulan como les da la regalada gana. Afortunadamente nuestro presidente siempre nos trae «la esperanza» ya que hace apenas unos dí­as dijo que esperaba que el precio del gas propano se mantuviera inalterable al menos hasta el 31 de diciembre de este año y ya subió por segunda ocasión en 100 dií­tas de su gobierno.

En los ya largos años de vida que tengo y dejando por un lado el tema de la violencia que siempre nos ha castigado, hací­a mucho tiempo que no observaba que tantos males se juntaran de un solo trancazo, sin que Colom y sus «brillantes» colaboradores encuentren al menos paliativos para superar esta crisis que se une a la corrupción y a la enorme cantidad de crí­menes que también son un complemento de la vida de los guatemaltecos.

Obviamente se encuentra fuera del alcance del gobierno el poder bajar los precios del petróleo, ya que lo que se EXPLOTA en suelo guatemalteco se lo llevan al extranjero porque aquí­ no tenemos una refinerí­a adecuada, más que sólo en la «esperanza» de que algún dí­a vendrá.

Sin embargo, creo que algo se puede hacer. Todos los derivados del petróleo que son importados al paí­s, son castigados con tres o cuatro impuestos distintos, lo cual es inconstitucional porque ello recae sobre un mismo hecho generador, pero lo que no se dice es que estos insumos son pagados en Dí“LARES que ahora está más barato comprarlo y que, aunque beneficia a las dos grandes empresas que tienen el monopolio de estos productos, también la exorbitante, inusual y catastrófica alza de estos productos hace que el Estado (es decir el Ejecutivo para ser más exacto), perciba en sus arcas fiscales del MFP y la SAT, MUCHO MAYORES INGRESOS DE UNA FACTURA PETROLERA QUE LLEGA A MíS DE 400 MILLONES DE Dí“LARES AL Aí‘O, por lo que de manera temporal, mientras pasa la crisis, el Congreso podrí­a rebajar esos impuestos; que la Municipalidad se haga cargo del servicio urbano y que el «subsidio» se le pase a ella en una menor cantidad ya que don ílvaro Arzú se supone, actuarí­a con prudencia y honestidad.

El Ministro de Energí­a y Minas en lugar de estar buscando prorrogar los contratos de estas oligarquí­as que nos están jodiendo la vida, debí­a buscar una amplia apertura de mercado para que no sólo la Shell y la Esso y Z gas, más TOMZA, dueña del avión que le prestaron al tata presidente, dominen los precios. Aquí­ si estoy con el Muso y compañeros, hay que fomentar la competencia y después hablamos.

Y para terminar: ¿te das cuenta, Arjona, que de verdad nos están jodiendo la vida?