¿Nos conviene ingresar a Petrocaribe? (III)


Tres considero, son los fundamentos en que nuestras autoridades deben basar su decisión para ingresar al proyecto energético venezolano Petrocaribe. El primero y más importante es que el precio sea significativamente más barato que el prevaleciente en el mercado internacional. Pues se supone que la intención principal de adherirse a este programa es aliviar el sofocamiento y la angustia de la sociedad guatemalteca por el alto costo de vida a consecuencia de los elevados precios de los combustibles. El segundo serí­a asegurarnos que las condiciones establecidas con Petrocaribe sean confiables y sostenibles. Como Nación no podemos darnos el lujo de exponernos al desabastecimiento por situaciones de polí­tica internacional y sobretodo ajenas a nosotros, por eso es que más que una asociación, esta adhesión es de enfocarla y tratarla como un aspecto estrictamente comercial.

Guillermo Wilhelm

El tercer fundamento que es el que me corresponde tratar en esta oportunidad, es la importancia que nos representa la relación con Estados Unidos. Por mencionar este punto como algo que merece ser tomado en cuenta, algunos me han criticado e incluso han llegado a la diatriba confirmando con esto que los dogmas ideológicos sólo son fuente de embrutecimiento y estupidez. Pero este será un tema que trataré más adelante. Decí­a que simultáneamente, a confirmar de manera conveniente los dos aspectos inicialmente mencionados, resulta importante el diseño de una estrategia de armonización con la unión americana para asegurarnos no estar dejando resentimientos que más adelante nos represente una factura a pagar. No hay que olvidar que en polí­tica es el pragmatismo y no el radicalismo el que coadyuva al esfuerzo del interés general. También la historia nos ha demostrado que la diplomacia de alto nivel es la que puede permitirnos aprovechar las coyunturas sin causar escozor. Y en el caso de Honduras por supuesto que se dio una ausencia absoluta de diplomacia cuando este paí­s agradeció su ingreso a Petrocaribe y el presidente Manuel Zelaya recibió con platillos y bombos a su homólogo venezolano declarándolo «el más digno y valiente representante de Simón Bolí­var del siglo XXI», agregando que su paí­s sufre los embates de la economí­a mundial porque depende del «imperio norteamericano». Por favor, esto no es prudencia y sobretodo responsabilidad en un Presidente que sabe muy bien que la economí­a de su paí­s depende en alto grado de los 2,500 millones de dólares por remesas derivadas de la unión americana, olvidándose también de sus casi 500 mil paisanos que se encuentran pendientes de una reforma migratoria que les de tranquilidad. Por eso es que la pérdida de 1,500 empleos en la melonera «Agrolibano» no serí­a la factura a pagar. Mi intención no es acicatear el temor, creo que es la moderación la que nos dice que no todo es blanco o negro, bueno o malo, izquierda absoluta o derecha absoluta, que hay matices que debemos aprender a reconocer e interpretar dándole a cada factor integrante de un esquema su justa importancia y valor. Aquí­ nadie está sugiriendo hacer polí­tica en base a temores o cobardí­a, de ninguna manera, se trata de hacer las cosas de la manera más responsable posible y eso significa no aferrarse a sectarismos o dogmas pervertidores de ideas que sólo nublan la capacidad de discernimiento por ese odio irracional que siempre va a impedir elaborar polí­ticas constructivas en beneficio del interés general. Si establecemos que los dos primeros fundamentos juegan a nuestro favor y cubrimos el tercero con inteligencia y responsabilidad, no estarí­amos brincando del sartén a las brazas por intentar proveer bienestar.