¿Nos conviene ingresar a Petrocaribe?


Bernardo Golón

Los precios de Petrocaribe se rigen por el mercado internacional, que refleja los resultados de las transacciones en la costa de Texas, precio que se ajustará por el diferencial de transporte (es decir, lo que cuesta el transporte marí­timo de Maracaibo a Texas versus el transporte a Sto. Tomás de Castilla o San José). Esa es la referencia que utiliza PDVESA en todas sus transacciones internacionales. ENTONCES, ESO DEL PETRí“LEO VENEZOLANO BARATO NO ES MíS QUE OTRO MITO GENIAL. Sin embargo, aun a precios de mercado, la decisión de ingresar a Petrocaribe sigue siendo económica: a) la futura paraestatal Petromaya, BIEN MANEJADA, podrí­a operar en forma eficiente, con márgenes menores a los de las transnacionales y con una rentabilidad razonable, y b) el financiamiento del 40% de la factura petrolera (pagaderos a 20 años, 1% anual y cinco años de gracia) pueden ayudar al financiamiento de los programas HAMBRE CERO y Reducción de la Pobreza en los 40 municipios de menor desarrollo. LA CLAVE ESTARí EN MANEJAR EL NEGOCIO EN FORMA TRANSPARENTE. Parte del financiamiento podrí­a utilizarse en proyectos energéticos, preferiblemente en las zonas rurales. En cuanto a seguridad de suministro, Petromaya no tiene por qué amarrarse a un proveedor único (eso serí­a un suicidio, las mismas transnacionales que operan en el paí­s compran derivados a quien se los ofrezca más baratos, lo que incluye las ofertas de la venezolana PDVESA). Por otra parte, creo que Venezuela sólo respaldarí­a una porción pequeña de nuestro consumo. Riesgos económicos y técnicos los hay, pero manejables, lo que no debe espantar en un mercado de tanta liquidez y siempre en expansión. El marco jurí­dico existente no coarta la libertad del Estado para participar –bajo las mismas condiciones que los demás agentes– en el mercado de los hidrocarburos. Habrá que asegurar la no existencia de ataduras fuertes (por ejemplo, la obligatoriedad de utilizar un alto porcentaje de insumos y servicios venezolanos en los proyectos de desarrollo). En los aspectos de polí­tica internacional, por supuesto, antes que nada, habrá que pedir autorización a la Embajada, eso así­ ha sido y así­ será. El otro actor importante, México, no parece estar en disposición de hacer algún ofrecimiento firme al paí­s. El Acuerdo de San José, de cooperación de México y Venezuela con América Central, está inactivo desde hace muchos años. En cuanto a polí­tica nacional, habrá que hacer un gran esfuerzo para minimizar el clientelismo partidista.

Conclusión: Petrocaribe /Petromaya es un proyecto con muy alta viabilidad técnica y económica, pero quizás inviable desde el punto de vista polí­tico