Ayer se anunció que por disposición del Director de Tránsito de la Policía Nacional Civil, supuestamente con instrucciones del Ministro de Gobernación, se dispuso dar un compás de espera para aplicar un reglamento que regula el uso de motos en todo el país y que ya cobró plena vigencia. No existe en el ordenamiento jurídico de ningún país ese modelo del “compás de espera” porque simplemente si una norma está vigente, tiene que ser observada sin excusa ni pretexto.
Si un Gobierno es tan inepto que no puede ejecutar las normas que dispone por la vía de emisión de reglamentos, tiene la obligación de derogar sus propias decisiones, pero no puede dejar ese tipo de limbo legal en el que una disposición queda en “compás de espera” simplemente porque con ello se está violentando la legalidad del país, no digamos por el pésimo mensaje que se envía a la población en el sentido de que las disposiciones legales o reglamentarias se observan o se dejan de observar al gusto del cliente.
Una norma vigente, cualquiera que sea su naturaleza y objetivo, debe ser cumplida y punto. No caben excepciones dispuestas ni por los afectados ni por las autoridades responsables de velar por su cumplimiento. Pero como ya se demostró con el caso de la prohibición para que dos personas circularan en motos que aquí basta la orden de cualquier alcaldito para pasarse las disposiciones por el arco del triunfo, resulta en cierto sentido natural que venga un funcionario menor, también sin preparación ni entendimiento mínimo de lo que significa el Estado de Derecho, a comunicar que por disposición suya un reglamento queda en compás de espera, es decir, que se mete a la congeladora mientras se dialoga con los dueños y conductores de motos de todo el país.
Por principio y elemental respeto a la ley, una norma que no se va a aplicar tiene que ser derogada, no simplemente dejada en el aire como al parecer dispuso el Ministerio de Gobernación. Y señalamos al Ministerio porque no puede uno imaginar que por sus pistolas un empleado menor salga con una ocurrencia de ese tipo que pone en evidencia el nivel de irrespeto que hay entre los mismos funcionarios que juraron cumplir con la Constitución y las leyes. Si no tienen capacidad para aplicar la ley, si no hay claridad de cómo quedará después del cabildeo que puede ser “ad eternum” con los motoristas, deben emitir una disposición derogando y dejando sin efecto la anterior para no quedar en el ridículo de ser un país donde las leyes, normas y reglamentos pueden sufrir un “compás de espera”.
Minutero:
Se conocen bien los lugares
donde venden celulares;
solo los de Inteligencia
no conocen la tendencia