Noriega busca evitar nuevo juicio en Francia por lavado de dinero


Patrullas de la Policí­a francesa permanecen frente a la Corte, luego de conducir a Manuel Noriega, ex dictador panameño, para que enfrente a la justicia por lavado de dinero. FOTO LA HORA: AFP THOMAS SAMSON

El ex dictador panameño Manuel Noriega, extraditado hoy de Estados Unidos a Francia, alegará inmunidad de jefe de Estado para evitar ser juzgado nuevamente en el paí­s europeo, donde ya fue condenado en ausencia a diez años de cárcel por lavado de dinero del narcotráfico, informaron sus abogados.


Manuel Noriega, en foto de archivo de 1989, previo a dejar el poder. FOTO LA HORA: AFP MANOOCHER DEGHATI

Los dos abogados, Olivier Metzner e Yves Leberquier, denunciaron un procedimiento de extradición «irregular» y anunciaron que alegarán que su cliente era jefe de Estado en la época de los hechos incriminados, para pedir que la justicia francesa «se declare incompetente».

Noriega, de 76 años, que purgó 17 años de cárcel en Estados Unidos tras su captura durante la cruenta invasión de su paí­s por tropas estadounidenses en 1989, llegó a las 07:56 horas locales al aeropuerto parisino de Roissy en el vuelo comercial de Air France.

Inmediatamente después fue trasladado al Palacio de Justicia, donde un juez le notificó su orden de detención, informó Metzner, experto penalista de renombrados casos en Francia.

Noriega comparecí­a por la tarde en audiencia pública, como pidieron sus abogados, ante un juez que determinará si lo pone en detención preventiva a la espera de su juicio.

Metzner y Leberquier dijeron que su cliente se encuentra bajo «tratamiento médico» y que lo vieron «muy débil».

Un funcionario de la embajada de Panamá en Parí­s se apersonó en el Palacio de Justicia para cerciorarse de que «todo transcurre normalmente», aunque aclaró que su paí­s no tomaba parte en el proceso.

Noriega debí­a recuperar su libertad en septiembre de 2007, pero permaneció en una prisión de Miami a la espera de una decisión sobre su extradición a Francia. En marzo pasado, la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó su apelación contra la extradición.

El gobierno estadounidense lo extraditó la noche del lunes y puso fin a su reclamo de regresar a Panamá como prisionero de guerra. La orden de extradición fue firmada por la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

En Parí­s, el portavoz del ministerio francés de Justicia, Guillaume Didier, dijo que la extradición de Noriega «fue notificada a Francia hace quince dí­as».

El 1º de julio de 1999, el Tribunal Correccional de Parí­s -que entiende delitos penales- lo habí­a condenado en ausencia a 10 años de prisión por blanqueo de dinero del narcotráfico, en relación con inversiones inmobiliarias millonarias. Las autoridades francesas dijeron que si era extraditado, se le realizarí­a un nuevo juicio.

La justicia de Francia dijo entonces que Noriega habí­a lavado varios millones de euros presuntamente procedentes del cartel de Medellí­n, principalmente a través del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), que cerró en 1991.

Noriega y algunos de sus allegados tení­an una veintena de cuentas en Parí­s y Marsella, en los bancos franceses BNP, CIC, Crédit Lyonnais y en el brasileño Banco do Brasil.

Interrogado por un juez francés en Miami durante la instrucción de su proceso en Francia, Noriega afirmó que sus inversiones procedí­an de su fortuna personal y del dinero que habí­a ganado como agente de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), que lo habí­a reclutado en los años 70.

Noriega tomó el poder en Panamá a principios de los 80 tras la muerte en un misterioso accidente de avión del hombre fuerte de Panamá, el caudillo nacionalista Omar Torrijos, que habí­a negociado la devolución del canal de Panamá por Estados Unidos (concretada el 1º de enero del año 2000).

Noriega rompió con Estados Unidos después de haber sido su aliado fiel. Durante la presidencia de George Bush (1988-92), Washington lo acusó de complicidad con el tráfico de drogas y de blanqueo de dinero a cambio de sobornos del cartel colombiano de Medellí­n.

En 1989, las tropas norteamericanas perpetraron una cruenta invasión de Panamá, derrocó a Noriega y tras un largo cerco de la Nunciatura Apostólica en la ciudad de Panamá lo capturó y lo llevó a Estados Unidos donde fue juzgado y condenado, en 1992, a 30 años de prisión.

Posteriormente, la pena fue reducida a 17 años y la purgó en el estado de Florida.

Noriega, que en 1987, durante la presidencia de Francois Mitterrand fue condecorado con la Legión de Honor, la más alta distinción francesa, enfrenta en Panamá 54 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos.

El gobierno panameño se declaró «respetuoso» de la decisión estadounidense pero aseguró que «insistirá» para que Noriega «cumpla las condenas» de la justicia panameña.

FRANCIA Distinguido en 1987


El ex dictador panameño Manuel Noriega fue condecorado en 1987, durante la Presidencia de Francois Mitterrand, con la Legión de Honor, la más alta distinción francesa.

El propio Noriega, entonces hombre fuerte de Panamá que dirigí­a con mano de hierro, y que todaví­a era aliado de Estados Unidos, vino a Parí­s en febrero de ese año para recibir la Legión de Honor -creada por Napoléon- cuando el primer ministro de Francia era Jacques Chirac.

Durante los 17 años que estuvo detenido en Estados Unidos, cada vez que tuvo que comparecer ante la Corte Federal de Miami, Noriega se presentó vestido con su uniforme militar, sus insignias y condecoraciones.

Según el escritor francés Bertrand Galimard Flavigny, autor junto con Anne Chefdebien del libro «La Legión de Honor, una orden al servicio de la Nación», el nombramiento de Noriega, como también el del ex dictador rumano Nicolae Ceaucescu, fueron otorgados en virtud de las «relaciones diplomáticas» entre ambos Estados.

El caso de extranjeros distinguidos con la Legión de Honor en sus diferentes categorí­as -Noriega tiene la de comandante- y luego condenados por tribunales no está contemplado en el código que rige esta orden creada en 1802, a diferencia de los franceses, que son los únicos sometidos a su disciplina.

La Legión de Honor distingue no sólo a jefes de Estado y a altos responsables gubernamentales extranjeros, sino también a jefes militares aliados, a mecenas, a artistas e intelectuales.