Los emisarios norcoreanos que viajaron a Corea del Sur para rendir homenaje al recientemente fallecido ex presidente Kim Dae-jung exhortaron hoy a Seúl a una mejora inmediata de las relaciones entre ambas Coreas tras meses de fuertes tensiones.
Los enviados norcoreanos, «que llevan un mensaje» del número uno del régimen comunista de Pyongyang, Kim Jong-il, prolongaron un día su visita que en un principio debía finalizar hoy, informó la agencia surcoreana Yonhap citando a responsables surcoreanos.
Tras reunirse con el ministro surcoreano de Unificación, Hyun In-taek, hoy en la mañana, esta delegación norcoreana de alto nivel solicitó un encuentro con el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, según la misma fuente.
El diálogo entre ambas Coreas -oficialmente en guerra desde el conflicto de 1950-53- se deterioró desde la llegada al poder de Lee Myung-bak, un conservador que preconiza la intransigencia hacia Pyongyang, en febrero de 2008.
Las relaciones intercoreanas se volvieron especialmente tensas después de que Pyongyan realizase un ensayo nuclear el 25 de mayo -condenado por la ONU- y anunciase no considerarse ligada al armisticio de 1953 que puso fin a la guerra de Corea.
«Tras encontrar a numerosos surcoreanos, creo que las relaciones intercoreana deben mejorarse lo antes posible», declaró Kim Yang-gon, el responsable norcoreano encargado de las relaciones intercoreanas.
«Hemos tenido pocas oportunidades de conversar (…) Espero que esas primeras discusiones oficiales a alto nivel bajo el mandato de Lee Myung-Bak nos darán ocasión de mantener intercambios francos», añadió durante su entrevista con Hyun.
Este encuentro fue el primero entre responsables de ambas Coreas desde la entrada en funciones del gobierno de Lee, hacia el que Pyongyang también ha manifestado una neta hostilidad.
La delegación norcoreana también abogó por una reanudación de los intercambios económicos intercoreanos, señaló por su parte Chung Dong-yung, ex ministro surcoreano para la Unificación.
«Los tiempos han cambiado. La herencia de la Guerra Fría debe ser enterrada. Me reuniré con quién sea para (mantener) discusiones francas», dijo el jefe de los emisarios de Pyongyang, Kim Ki-nam, que también es secretario del Partido de los Trabajadores norcoreanos y hombre allegado de Kim Jong-il, citado por Chung.
Interrogado sobre el estado de salud de Kim Jong-il, que presuntamente sufrió un derrame cerebral hace un año, Kim indicó que el líder norcoreano está lo suficientemente en forma como para realizar aún más visitas por su país que en 2008.
La delegación de seis altos responsables norcoreanos llegó ayer a Seúl para rendir homenaje -algo sin precedentes por parte de Pyongyang- al ex presidente surcoreano y premio Nobel de la Paz, Kim Dae-jung, fallecido el martes a los 85 años.
Artífice de una política de apertura hacia Pyongyang, Kim -presidente entre 1998 y 2003- fue el primer jefe de Estado surcoreano que viajó a la capital norcoreana, donde el 15 de junio de 2000 firmó junto con Kim Jong-il una declaración común que marcó el acercamiento entre ambas Coreas.
Esa política le valió el Nobel de la Paz en 2000.
Mañana, Kim será objeto de unos funerales nacionales en el Parlamento.
Pyongyang recibió a principios de agosto al ex presidente estadounidense Bill Clinton, que se entrevistó con Kim Jong-il y logró la liberación de dos periodistas norteamericanas condenadas por haber entrado ilegalmente en Corea del Norte.
El régimen comunista norcoreano también prometió la semana pasada levantar las restricciones a las reunificaciones familiares transfronterizas con el sur y autorizar la reanudación de los viajes turísticos a Corea del Norte.