Noche de arte en la Casa Blanca


No importa tanto esperar más de una hora cuando quien va a llegar es el presidente de Estados Unidos. Si además éste aparece tarde por culpa de una reunión en la que intentaba convencer a sus senadores de la necesidad urgente de una reforma sanitaria en el paí­s, no hay nada que decir.


Barack Obama llegó tarde, muy tarde, a la cita que tení­a el jueves por la noche en la Casa Blanca con los galardonados con la Medalla Nacional de las Artes, ceremonia que, por cierto, debió haberse celebrado en noviembre, pero que fue cancelada debido al tiroteo de Fort Hood (Tejas). Esta vez el ambiente no podí­a ser más relajado y afable.

Allí­ estaban casi todos los homenajeados -20 en total-, a excepción del director Clint Eastwood y el cantante Bob Dylan, que dieron plantón a Obama. Sí­ estuvieron el activista y fundador del Museo del Holocausto de Washington, Elie Wiesel; la actriz Sarah Jessica Parker -vestida de Victoria Beckham-; la soprano Jessye Norman o la actriz puertorriqueña Rita Moreno, quien dio un más que fuerte abrazo al mandatario. También recibieron el galardón el compositor John Williams, por la creación de bandas sonoras como la de Star wars; Theodore Sorensen, escritor de los discursos del presidente John F. Kennedy -«sin duda, yo he usado algunas de esas lí­neas», bromeó el presidente-, y el creador del logotipo I love NY, Milton Glaser.

«Todos ustedes han marcado mi vida en un sentido o en otro», recalcó Barack Obama en su discurso. «Cada uno de ustedes ha recorrido un camino diferente para llegar hasta aquí­, cada uno ha hecho lo mejor con sus diferentes dones, pero todos han alcanzado la cumbre de los logros culturales y todos son el testimonio de la amplitud y profundidad del espí­ritu humano», dijo un solemne Obama.