No sólo fue espionaje personal, también violaron la soberaní­a


Haciendo el análisis de los últimos acontecimientos suscitados en Casa Presidencial, la oficina particular del Presidente y en su casa de habitación, se puede colegir que el asunto acarrea una importancia fuera de lí­mites, porque con esos actos se conculcó el derecho humano a la privacidad del Presidente y su familia, a ser respetado en la intimidad de su hogar y sobre todo, se violó la soberaní­a del Estado.

Fernando Mollinedo

SOBERANíA: Palabra originada del idioma latí­n «superanus» significa «que ejerce o posee la autoridad suprema e independiente. Autoridad suprema del poder público». En el presente caso, se violó la soberaní­a porque de manera no autorizada los espí­as tuvieron acceso y conocieron asuntos de Estado y otros relacionados a la función de Comandante General del Ejército. Además de lo anterior, se violaron los artí­culos 23 (inviolabilidad de la vivienda) y 24 (inviolabilidad de la correspondencia y comunicaciones telefónicas).

La acción del espionaje (artí­culo 369 del Código Penal) en contra de cualquier institución del Estado debe considerarse como un acto de TRAICIí“N A LA PATRIA, y en este caso el Código Penal establece en Tí­tulo XI, capí­tulo I, artí­culo 360 que «el guatemalteco que ejecute actos que directamente tiendan a menoscabar la integridad del territorio de la República, someterla total o parcialmente al dominio extranjero, comprometer su soberaní­a y atentar contra la unidad nacional, será sancionado con prisión de 10 a 20 años».

Además el artí­culo 366 del código penal (Revelación de secretos de Estado) Establece que «quien en cualquier forma revele secretos referentes a la seguridad del Estado, ya comunicando o publicando documentos, dibujos, planos u otros datos relativos al material, fortificaciones u operaciones militares, será sancionado con prisión de 2 a 5 años y multa de Q500 Q3 mil»

De lo anterior colegimos en primer lugar, que los castigos que establece el código penal para la comisión de los delitos apuntados, no es lo severo que deberí­an ser por la magnitud de consecuencias que podrí­an darse como su resultado.

Aparte de lo anterior, en su calidad de PRESIDENTE DE LA REPíšBLICA, el ingeniero Colom tiene sobrada razón para estar asustado del espionaje de que es objeto, ya que como conductor de la cosa pública, puede que con el tí­mido proyecto de reforma tributaria y algunos otros asuntos que en su tiempo saldrán a luz, le «haya tocado los huevos al León» en el sentido de recortar algunos privilegios a la clase económica dominante.

No cabe duda, la lucha de clases sigue vigente; los tí­midos proyectos de reforma social del actual Gobierno, son vistos como una verdadera amenaza para los voraces dueños del paí­s.