No se queje… ¡vaya a votar!


Si usted está entre más de la mitad de «indecisos», frustrados, decepcionados o desencantados de nuestros polí­ticos, que no le importe. Por favor, ni diga que no va a ir a votar en las próximas elecciones. Claro, entiendo perfectamente el porqué estamos todos para balazos, cuando nos percatamos que los polí­ticos resultan ser la misma cosa cuando a la hora de llegar al poder lo que menos hacen es cumplir con sus promesas o que eso de la transparencia o del cumplimiento a la ley, resulta ser pura jerga publicitaria.

Francisco Cáceres Barrios

Mi consejo es que deje las quejas para cuando tenga dolor de muelas, cabeza o estómago. Ahora piense que usted, con su voto, puede tener la capacidad de decirle a los politiqueros que no le gusta que le tomen el pelo, que es un ciudadano que merece respeto, que no acepta más cancioncitas, gorritas o besitos en el cachete a los patojos, sino que ya está lo suficientemente grandecito para que le vengan con cuentos y que lo que sigue esperando son planteamientos de cómo van a resolver tanto problema que nos aqueja desde tiempos de Tata Lapo.

Un dí­a me encontré a un señor que me dijo: «Yo a usted lo conozco» y me preguntó: ¿No escribe en La Hora?, al contestarle afirmativamente me pidió que le contara en uno de mis artí­culos qué pienso hacer a la hora de ir a votar. Fácil y sencilla respuesta. Para presidente tengo dos opciones. A ver por cuál me decido. Para diputados voy a anular mi voto y lo haré porque rechazo su repetitiva reelección; porque la gran mayorí­a, para mí­, son incapaces e irresponsables; porque la Ley electoral vigente me veda la posibilidad de elegir al diputado que yo quiera sea mi representante, al forzarme a marcar con una equis sobre un sí­mbolo partidario y finalmente, porque rechazo elegir a 158 diputados, cuando sobrarí­an 60. Y para alcalde, estas son las horas en que ninguno satisface los requisitos que demandan las necesidades de mi municipio.

Por ello, es que insisto en decir: ¡No se queje!… vaya a votar como mejor le parezca. ¿Se imagina si el voto nulo o en blanco sobrepasara a los que vayan a sacar los votos ganadores? ¿Acaso no serí­a una clara señal indicativa del rechazo mayoritario de la ciudadaní­a? Yo le aseguro que dentro de cuatro años los candidatos y sus posturas van a ser diferentes. ¿Que el cinismo de la mayorí­a de nuestros polí­ticos es hueso duro de roer? es cierto, pero eso no significa que en sus adentros se vayan a sentir de a centavo.

El voto no es útil sólo como una decisión democrática para elegir a personas a ocupar cargos de elección popular, también sirve para expresar de una manera activa y positiva el sentir, la manera de pensar y la reacción de la mayorí­a. Si usted sigue pensando en no ir a votar hará las del avestruz. Piénselo… es mucha la incomodidad y la oscuridad.