«No se oye, tata»


La semana anterior la Comisión Económica para América Latina, CEPAL, dio a conocer su más reciente análisis, en el cual se determina que las economí­as de América Latina entrarán en recesión, salvo Perú.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Al ser éste el informe más reciente, supera las opiniones del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y entidades privadas como Moody´s, S&P y Fitch. A los dos dí­as, autoridades del Banco de Guatemala, presididas por Maria Antonieta de Bonilla, indican que en su proyección se reducirá el crecimiento para el año, pero aún así­ se mantendrá en números positivos.

 

La verdad es la verdad, sólo es cuestión de tiempo para que como ya lo hiciera el Banco de Guatemala, salgan rectificando sus números y acepten por fin que el paí­s entró en recesión. Si alguien duda que sus pronósticos se cambian frecuentemente, basta ver que al principio de año indicaban que el paí­s crecerí­a del 3% al 3.5%; en abril informaban que el crecimiento serí­a del 1% al 2% y ahora, en julio, informan que el paí­s crecerá del 0.4% al 1.2%. Si se equivocaron tres veces consecutivas, cómo poder aceptar que nuestras autoridades locales tienen razón y no la CEPAL.

 

En este tema, señalo que el 3 de marzo de 2008 publiqué la opinión «Recesión e inflación», el 24 de marzo de 2008 publiqué «Salió Berger y apareció la inflación» y el 27 octubre de 2008 opiné «Cada dí­a nos afectará más la crisis», esto para señalar sólo tres opiniones. A estas se adicionaron este año, la del 2 de marzo titulada «Ignorando la crisis», la del 18 de marzo de 2009: «El desempleo en Guate», seguida por la del 8 de abril «La recesión en Guate» y la más reciente, el 8 de julio titulada «Su peor momento», todas ellas previendo lo que hoy sucede.

 

Por qué en lugar de pretender  no reconocer lo que es evidente, las autoridades monetarias y los ministerios relacionados, que también están representados en la Junta Monetaria, no ayudan al pueblo aceptando y reconociendo la triste realidad.

 

Engañarnos es grave, incrementa la crisis, ayuda a que las exportaciones que se han reducido se vean mermadas aún más; que las remesas cuyos montos han bajado 9.4%; es decir US $400 millones, puedan decrecer más; que la inversión extranjera directa que ha decrecido en 9.3% caiga adicionalmente y que como consecuencia de todos esos factores, el consumo interno se deprima y con ello las importaciones que han mermado un 16.7% mermen el doble. En sí­ntesis, el no aceptar los hechos no resuelve nada.

 

Afirmar que la crisis que nos afecta y que nos afectará en los subsiguientes años es responsabilidad del presidente ílvaro Colom y de su gobierno, serí­a improcedente. Es más adecuado atribuir la responsabilidad de no haber hecho ninguna previsión al gobierno anterior que presidió Oscar Berger, quien habiendo tenido años de vacas gordas no supo tomar medidas, estimular y requerir para que «sus patronos» efectuaran las inversiones, pagaran los impuestos, y actualizaran los salarios que ahora evitarí­an, en algún grado, la grave situación.

 

 La crisis es importada, si no se ha podido contener en Estados Unidos o en Europa, menos en nuestro paí­s, donde no contamos con materias primas de exportación como petróleo o cobre. Aun así­, no podemos aceptar la polí­tica del avestruz de las autoridades monetarias. «El tiempo perdido hasta los santos lo lloran».