Leonel Dubón, director de la organización Refugio de la Niñez, lleva más de dos décadas trabajando en la promoción de los derechos de la niñez y adolescencia, así como en la prevención de la explotación sexual y trata de personas. El 27 de junio fue galardonado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos con el premio “Héroe contra el Tráfico Internacional de Personasâ€, que reconoció su labor en Guatemala por la lucha en la reconstrucción de vida de las víctimas.
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La organización que dirige ha atendido de 2009 a la fecha a 225 niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual, explotación y trata de personas; ha iniciado 154 procesos en contra de los victimarios, de los cuales ha logrado 7sentencias. A través del Programa Fortalecimiento Familiar ha apoyado a 400 parientes de las víctimas. En el programa Incidencia y Prevención ha trabajado con más de 8 mil niños, niñas, adolescentes, comunitarios y operadores del Sistema de Protección.
¿Cómo se siente por el reconocimiento que le otorgó el Departamento de Estado de los Estados Unidos?
– Creo que es una inyección que hace Estados Unidos a la labor que se está desarrollando en el Refugio de la Niñez; quiero reconocer que soy parte de un equipo de trabajo y en esta oportunidad me toca estar de líder, así que nos sentimos con nuevas energías porque creemos importante el reconocimiento de un país como Estados Unidos, que tiene problema con el tema de trata de personas y da un reconocimiento a una personalidad guatemalteca; seguido de ello, nos compromete a profundizar en el tema, a no doblar las rodillas, sino a continuar luchando por el problema de trata de niños y niñas, que es una situación muy grave en el país.
¿Cómo se inicia en la promoción de los derechos de la niñez y la prevención de la explotación sexual y trata de personas?
Yo empecé a trabajar en el tema de la niñez desde 1990. Recuerdo que era muy joven en esa época y había llegado del interior del país con el sueño de abrirme camino en la vida. Estudiando en la Universidad de San Carlos conocí a una persona que participaba en un grupo de jóvenes que se denomina ICTUS de la Iglesia Centroamericana; al escuchar su testimonio en julio de 1990, sobre la muerte de Nahamán Carmona (niño de la calle que fue asesinado por la Policía), me abrió muchísimo los ojos. No podía creer que un niño de la calle pudiera morir a manos de los policías. En ese entonces empecé a trabajar con Casa Alianza, en la cual estuve más de 18 años.
¿Qué le frustra a Leonel Dubón y que lo hace levantarse?
– Yo más bien diría cuáles son nuestras luces y nuestras sombras. Empezaría con las luces; hemos logrado firmar un convenio de cooperación con la Procuraduría General de la Nación (PGN) y este convenio lo utilizamos para presionarlos, exigirles y cooperar con ellos, esto ha permitido mayor fluidez en la detección y atención de los casos, hemos encontrado personal de la PGN con mucho compromiso, también hemos firmado un convenio con la Secretaría de Bienestar Social para crear familias sustitutas. En las sombras, es preocupante el nivel de impunidad que existe, tenemos 154 procesos acumulados y sólo hay 7 sentencias, 5 condenatorias; creemos que el sistema es demasiado lento y tristemente no existe en la práctica un sistema de protección jurídico integral, aunque tenemos el decreto 27-2003, de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia.
¿Quién lo motiva a seguir adelante?
– Primero las niñas y los niños, incluyendo mis propias hijas. Cada vez que logro conocer una historia de vida de las niñas, que son muchas las que han pasado por los refugios, impacta, conmueve y duele. Pareciera que uno se vuelve insensible conforme va conociendo cada desgracia que los adultos somos capaces de causar en ellas; sin embargo, el recibir una tarjeta de ellas, un abrazo, un “te quieroâ€, todo esto me motiva a seguir adelante, porque sé que siempre va haber una niña más a la que nosotros le podamos tender la mano. Con nosotros siempre van encontrar una puerta abierta, por eso me motiva saber que estamos cambiando vidas, y lo hacemos con mucho amor y compromiso.
¿Quién ha sido su ejemplo y su fortaleza?
– La persona que más me ha motivado y me ha inspirado es mi madre, una mujer luchadora, que enviudó cuando yo tenía 13 años de edad, se quedó con 6 hijos propios, 2 hijos que eran de mi padre y todavía adoptó uno más El amor que ella tiene hacia las demás personas fue determinante. Mi madre trabajó 50 años en el sector Salud de Baja Verapaz, verla siempre –no importando la hora–, levantarse para ponerle una inyección a un enfermo que le pedía su ayuda fue mi inspiración, jamás se negó a ayudar a quien la necesitaba.
¿Cómo califica la trata de personas?
– Como un negocio sucio. No se debe comercializar con seres humanos, es reprochable y hay que atacarlo con todo; no debe existir ni un momento para pensar y detenerse, en el tema de la trata hay que seguir adelante y se requiere de gente comprometida, con mucho valor y compromiso para salir adelante, para sentarse a llorar a la par de las víctimas, para darles fuerza, porque son personas que han sufrido mucho y que tristemente les han destruido la vida, entonces lo que hacemos es un proceso de reconstrucción de vidas; es un trabajo muy delicado, porque una herida en la parte emocional del ser humano es muy difícil, las cicatrices son internas y no se pueden ver.