El primer ministro israelí Ehud Olmert y su ministro de Defensa Amir Peretz, cuestionados por la desastrosa guerra del Líbano, estaban hoy dispuestos a mantenerse en sus cargos a pesar de los llamados a dimitir después de la salida del jefe del estado mayor Dan Halutz.
Los tres principales diarios en Israel calificaron a Olmert y Peretz de «inútiles», destacando que el general Halutz, que renunció el martes, no podía ser el único en pagar los platos rotos.
La opinión pública estima igualmente que los responsables políticos también deben rendir cuentas.
Según un último sondeo hecho público por la radio pública, una gran mayoría de israelíes (70,9%) es favorable a una dimisión de Peretz y 50,2% estima que Olmert debería dejar sus funciones.
Así, un 58% de los israelíes es favorable a elecciones anticipadas mientras que 37% es contrario. Las últimas legislativas tuvieron lugar en marzo de 2006.
Hasta ahora, el general Halutz es el más alto responsable que deja sus funciones luego del fracaso de la guerra emprendida por Israel contra el Líbano, del 12 de julio al 14 de agosto, con el objetivo de destruir el aparato militar del Hezbolá.
Sobre todo, el ejército israelí fue incapaz de impedir los disparos de cohetes del Hezbolá contra el norte de Israel.
Bajo presión de la opinión pública, Olmert aceptó la constitución de una comisión de investigación oficial sobre esta guerra, la que debe publicar sus primeras conclusiones a comienzos de febrero.
Interrogado por la AFP, un allegado a Olmert excluyó toda dimisión.
La situación de Olmert, jefe del partido Kadima, en caída libre en los sondeos, es tanto más frágil cuanto que el fiscal del Estado ordenó el martes el inicio de una investigación criminal en su contra en un escándalo financiero vinculado a la privatización del banco Leumi, el segundo de Israel.
El ministro de la Defensa también excluyó su dimisión. «En tanto ministro de la Defensa, tengo la intención de proseguir mi misión», dijo.
Peretz, jefe del partido laborista enfrenta una fronda creciente en el seno de su formación. Su rival, Ehud Barak, ex Primer ministro, presentó su candidatura para sucederle en la jefatura del partido en la primarias previstas para el 28 de mayo así como en el ministerio de la Defensa.
«Â¿Cómo dos inútiles, uno de los cuales es objeto de una investigación policial, mientras que el otro está siendo echado fuera por su propio partido, son dignos de designar al próximo jefe de estado mayor que debe dirigir un ejército durante uno de los periodos más difíciles de nuestra historia?», se interroga el cotidiano popular Yediot Aharonot.
Olmert y Peretz «saben que son inútiles y que van camino al matadero», insiste el cotidiano Maariv.
El cotidiano liberal Haaretz publica una caricatura donde se ve al jefe del estado mayor partir volando en un asiento eyectable, mientras Olmert y Peretz lo miran inquietos y sudando.
El presidente de la comisión parlamentaria de la Defensa y de Relaciones Exteriores Tzahi Hanegbi, un allegado a Olmert, consideró por el contrario que ni el jefe del gobierno ni el ministro de la Defensa deben dimitir antes de la publicación de las conclusiones de la comisión de investigación.
Los responsables del Likud, el principal partido de la oposición de derecha, y del Meretz (oposición de izquierda) multiplicaron los llamados a la dimisión de Olmert y Peretz.
En tanto, prosiguen las consultas para designar al sucesor del general Halutz.