Como una medida tonta y casi estúpida tilda el ministro Martínez de El Salvador, la disposición del gobierno hondureño de cerrar la frontera a productos avícolas salvadoreños, por sospechar que hay un programa de vacunación en ese país contra la gripe aviar. Agrega además que es tonto mezclar el problema político con lo económico y que ellos no se van a doblegar.
Qué gran verdad ha dicho el ministro Martínez de El Salvador al tildar de estúpidos a los gobiernos que mezclan las medidas económicas en un caso que es puramente político, tal como lo hicieron tres presidentes al principio de la crisis que cerraron la frontera con Honduras.
Pero dejando a un lado la estupidez y volviendo al mundo real, es ilógico que alguien le quiera dar de comer a quien lo está hostigando y prestándose para arrinconarlo. Y eso es lo que ha hecho Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica contra Honduras, que si fuera inteligente, ya le hubiera cerrado la frontera por lo menos a los traileres de Costa Rica que pasan por su territorio.
Agrado quiere agrado y lo menos que puede exigir el gobierno de Honduras a los gobiernos centroamericanos es que dejen de hostigarlos, pues de lo contrario, podrían tomar represalias, que nos dolerían pues es paso obligado.