No más violencia contra las mujeres


«No hay crí­menes pasionales. Nadie mata por amor. Lo que hay detrás es una situación de poder.»

Ana Belén Puñal

El lunes recién pasado se realizó en el Centro Cultural Luis Cardoza y Aragón, de la Embajada de México, el Foro Público «Por la vida y la seguridad de las mujeres». En la actividad participaron como expositores Norma Cruz de la Asociación Sobrevivientes, Francisco Jiménez, Ministro de Gobernación, y Carlos Castresana, director de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).

Ricardo Marroquí­n
rmarroquin@lahora.com.gt

En el paí­s la violencia contra las mujeres tiene su máxima expresión en el femicidio. En lo que va del año, y de acuerdo con datos oficiales de la Policí­a Nacional Civil, 626 mujeres han sido asesinadas, la mayorí­a por algún familiar o por una persona muy cercana.

Estos datos presentan la misma tendencia a los reportados durante los últimos años, a pesar que en la actualidad está vigente la Ley contra el Femicidio.

Detractores de esta iniciativa señalaron que no puede hacerse una clasificación de los asesinatos de acuerdo al sexo de las ví­ctimas, porque supuestamente pone en situación de desventaja a los hombres. Si bien es cierto que la mayorí­a de los crí­menes que se comenten son contra hombres, no podemos obviar que antes de ser asesinadas, a la mayor parte de mujeres las violan y golpean. ¿Acaso estas señales en los cuerpos de las ví­ctimas no demuestran que la violencia en contra de las mujeres tiene como causa su sexo?

Para Norma Cruz, de la Asociación Sobrevivientes, la violencia que se reporta en la actualidad en contra de las mujeres tiene como causa la violencia que el Estado ejerció para asegurar el silencio de la población durante el conflicto armado interno. Así­ es. Los machos insultan, humillan, golpean, violan y matan a las mujeres para demostrar que la fuerza es única de las manos masculinas, hechas para controlar. ¡Vaya lección la que nos heredaron!

¿Cómo detener esta situación? Existe una normativa especí­fica para estos casos, pero la impunidad que rodea a los crí­menes sirve como impulso y motivación para los que están a punto de ejercer la violencia. El actual Sistema de Justicia no garantiza el esclarecimiento de los crí­menes, lo que provoca desconfianza en los familiares de las mujeres asesinadas, y a su vez, mayor í­ndice de impunidad.

Carlos Castresana, director de la CICIG, presentó una ecuación para explicar la actual violencia contra la población femenina: a mayor libertad de las mujeres, menor exclusión pero mayor violencia. Es decir, que la violencia es un instrumento que utiliza el macho para perpetuarse en la situación de privilegio que le ha otorgado la sociedad a través de la historia.

En nuestro paí­s, parece que la vida no tiene ningún valor. «Es lamentable», señaló Norma Cruz, «que en la actualidad la población guatemalteca tenga que reivindicar el derecho básico del ser humano: la vida.»