¡No jodan hombre!


Interesante ejercicio el de consultar la Constitución Polí­tica ahora que el hormiguero esta alborotado con eso de que Arzú, Sandra, Zury y Harold tienen aspiraciones presidenciales. Con esos textos tan complicados, ambiguos y contradictorios es evidente que la cosa se va a poner alegre. No estoy tan seguro pero quiero suponer que los constituyentes no hicieron las leyes con el propósito de poner al paí­s en el riesgo del cisma polí­tico en el que nos encontramos en estas ví­speras electorales. Las discusiones e interpretaciones del texto constitucional estarán en la picota de aquí­ hasta pasada la convocatoria oficial del Tribunal Supremo Electoral y por supuesto para ganar la guerra deben de ganarse las batallas y una de las más importantes será aquella de la elección de la nueva Corte de Constitucionalidad, al fin y al cabo son los señores magistrados los que discutirán y emitirán opinión legal y oficial al respecto.

John Carroll S.

La cosa es que en las cortes y en cualquier café de esquina las discusiones estarán centradas en varios aspectos legales, polí­ticos y sociales: que si lo de cónyuge forma o no grado; que si tienen prohibición los ministros religiosos… ¿existirá un «nombramiento» de ministro religioso?; que si la hija de un golpista, que no podí­a, pero que sí­ pudo, tiene derecho; que si el espí­ritu de la ley es otro al de la letra muerta; que si la situación actual es tan mala que no importa lo que diga la ley sino lo que diga la gente; que si con el divorcio es suficiente. En fin las páginas del 186 y 187 serán las más gastadas del libro constitucional.

Las leyes se hicieron con el objetivo fundamental de limitar las acciones de los gobernantes ante los gobernados y no al revés por lo que me parece prudente solicitarles a estos cuatro preaspirantes que se hagan un examen de conciencia y que si lo pierden desistan de su ambición presidencial (como que si me fueran hacer caso). Y lo digo en serio, no se puede entender como gente preparada, estudiada y leí­da como ustedes desafí­an nuestro frágil sistema institucional a sabiendas de lo que esto puede generar con un pueblo desesperado. La cosa está con la mecha corta y ustedes están dispuestos a encender el polvorí­n con tal de satisfacer su ambición presidencial. Tienen todo el derecho de querer ser presidentes, pero una cosa es querer y otra es poder. Y no me malinterpreten, yo soy de la opinión que la ley para poder ser Presidente debiera de leer algo como: «Todo aquel guatemalteco mayor de 18 años» pero lamentablemente nuestra Constitución, en este aspecto como en otros, tiende a poner muchí­simas condiciones de manera que los candidatos salen más por permiso que por derecho.

Pensemos en grande, a más largo plazo y sigan ayudando desde donde la ley se los permita y si aún así­, después de poner todo su empeño y esfuerzo para que las cosas mejoren no se les han quitado las ganas, pues entonces hagan los esfuerzos legales necesarios y cambien las reglas del juego. De una vez se les advierte que no queremos protestas de acarreados pidiendo inscripciones, eso lo digo por si a alguno de ustedes se le ocurre hacer lo que hizo el FRG para la inscripción del General, que además de un abuso fue una pésima movida polí­tica que generó más animadversión contra el candidato. Trabajen por diputaciones y lleven los cambios requeridos al legislativo y después participen. De momento, por favor, ¡NO JODAN!