No hay otra salida más que discutir un pacto social


IMG_0705

El candidato a la Vicepresidencia por el Frente Amplio, Aní­bal Garcí­a, se refiera a la visión de la organización polí­tica sobre la ideologí­a de izquierda, la refundación del Estado guatemalteco y los principales desafí­os para el paí­s.

MARIAJOSí‰ ESPAí‘A
mespana@lahora.com.gt

¿Cómo define al Frente Amplio de Izquierda y a qué sectores representa?
El Frente Amplio es la confluencia de los liderazgos y de los proyectos polí­ticos de izquierdas progresistas y democráticos con la visión indí­gena representada por Winaq. En este caso estamos  hablando de la coincidencia de un proyecto común de la Unidad Revolucionaria Guatemalteca, de la Alternativa Nueva Nación (ANN), del Movimiento Nueva República (MRN) y de Winaq. Esto es un esfuerzo de tratar de unificar pensamientos, acciones y propuestas en relación a una propuesta de nación, pero que no se queda únicamente en ese sector, si no que intenta hacerle un reto  a la participación, a los sectores democráticos y progresistas del paí­s. Esto incluye intelectuales, trabajadores, organizaciones campesinas, empresarios que quieran entender la necesidad de unificar esfuerzos y, en general, todos los sectores que quieran estar en este proyecto.

¿Cómo incluir a todos estos sectores que usted menciona?
El Frente será un proceso permanentemente en construcción. Nosotros no vemos un Frente electoral. Este es un Frente que se plantea participar en las elecciones, ganar espacios de poder con las alcaldí­as y diputaciones. Como consecuencia de eso, ahorita están integrados al Frente varios sectores, pero evidentemente todaví­a no están en el Frente todos los que debieran estar.

¿En cuánto tiempo creen que fortalecerán esta propuesta con todos los sectores que menciona?
Hay que darle tiempo al tiempo, y creemos que en el  primer año. El año 2012 tiene que ser de consolidación del esfuerzo partidario de todas las organizaciones, de todos los sectores y del diseño que le vamos a dar al Frente.

Se habla de una propuesta de izquierda, sin embargo, se dice que en Guatemala las ideologí­as ya no existen. ¿Cómo el Frente Amplio puede rescatar esta filosofí­a de democracia?
Nosotros sí­ seguimos hablando de una izquierda, pero se debe de hablar de una izquierda renovada, de una izquierda modernizada, de una izquierda que sepa interpretar el mundo que estamos viviendo ahora, pero las causas estructurales que dieron origen a tantas divisiones y tantas apreciaciones, incluso a las causas mismas del conflicto armado hoy están más graves que nunca. Nosotros sí­ creemos que sigue existiendo la necesidad de un proyecto de izquierda, incluso, que exista un debate entre las ideologí­as de izquierda y derecha de Guatemala, como el único mecanismo para propiciar el desarrollo, pero no para antagonizar, sino para buscar el modelo de paí­s que a todos nos podrí­a convenir. Ese es el secreto de poder seguir estando nosotros en una posición diferente a  la que tení­amos en los años 60, pero una izquierda que se tiene que retar a tratar de convencer a la gente y al pueblo que  aún sigue siendo vigente el gran planteamiento nuestro.

¿Cuáles serí­an los argumentos de esa izquierda que usted menciona?
Hay tres cosas fundamentales. Primero, que de 1954 para acá, somos el único sector que no ha gobernado Guatemala; lo que ha existido acá son gobiernos de derecha o de centro derecha, pero no ha existido ni un solo gobierno de izquierda; ese es un argumento fuerte que nos hace pensar que nosotros podemos hacer algo totalmente diferente a lo que se ha hecho de 1954 para acá. El siguiente puede ser que desde la era democrática, de 1985 para acá y su nueva Constitución, si bien es cierto responden a la  presencia de diversos actores nacionales,  hay que tomar en cuenta que las expresiones organizadas polí­ticamente de la izquierda estuvieron ausentes de esa discusión; los Acuerdos de Paz que fueron un referente y que pudieron haber sido un parteaguas en la historia del paí­s no se aplicaron porque han sido los gobiernos de derecha que han dirigido Guatemala. La tercera razón es que el único paí­s latinoamericano que sigue acrecentando sus niveles de  desigualdad y pobreza es Guatemala, nosotros seguimos creyendo que las causas estructurales que marcan la diferencia en nuestro paí­s siguen existiendo.

Como cada cuatro años, en el diálogo polí­tico hay muchas promesas para resolver los problemas del paí­s, ¿Qué propone el Frente Amplio para reformar el sistema polí­tico y social?
Este es un momento crucial para la historia del paí­s frente a un escenario que se tiene que decidir en pocos dí­as. Es muy probable que en 1995 se haya tenido la intención que floreciera la democracia y el poder civil sobre el poder militar, pero nos dimos cuenta que esto se ha tergiversado, manipulado y pervertido; por eso es que hoy vemos que cualquier polí­tico que tenga un poco de plata, muchas mañas y muchos conectes o muchas bendiciones puede llegar a ser presidente de Guatemala, por lo que el problema no es tanto del polí­tico, sino del sistema que se lo permite, por eso lo que nosotros creemos como fundamental es que empecemos a hablar de una reforma profunda a la Ley Electoral  y de Partidos Polí­ticos, por lo menos en tres lí­neas. Primero el funcionamiento de las organizaciones polí­ticas, hay que revisar el funcionamiento de los partidos y sus requisitos que en lugar de parecer entidades de derecho público, como lo establece la ley, parece ser entidades  privadas donde los dirigentes pueden hacer y deshacer. Lo segundo es el financiamiento de los partidos, si no discutimos el financiamiento de los partidos y pasamos a un financiamiento estatal vamos a tener nuevamente a las mafias, a los narcos, al crimen organizado y a los sectores nacionales e internacionales financiando campañas, quitando y poniendo presidentes y diputados. Lo último es que hay que hacer un reordenamiento de los procesos electorales, es urgente que se separe la elección presidencial de la elección de diputados y alcaldes, ahorita el pueblo vota por el Presidente y salen de colados un montón de diputados que ni se conocen quiénes son, por muy costoso que sea, gana la democracia y gana el pueblo y la transparencia. A la par de esto hay que rediseñar los distritos electorales y elegir a los diputados por el número de población de cada distrito, de esta forma se acerca al votante de su representante, pero ahorita quienes están delegando la representación son los financistas de la campaña. Dentro de esto está el gran tema de debate de la reforma a la Constitución, debemos  partir hacia la discusión de una nueva Constitución y partir hacia la refundación de la República. Nosotros planteamos que hay que rediscutir el modelo nacional y entre ello, las bases de la República y las bases de la Constitución, para nosotros está agotado el sistema.

¿Es tan necesario refundar el Estado?
Sí­, porque es el sistema el que falla, lo vemos en lo electoral, en lo judicial, en lo institucional, en la función pública, en el financiamiento del Estado y en sus prioridades; es decir, aquí­ no hay otra salida más que discutir ese nuevo pacto social porque no queda otra, porque dentro de este sistema lo vamos a encontrar es más de lo mismo cada cuatro años.

¿Cuáles serí­an los cambios inmediatos que realizarí­an ustedes para iniciar con esa refundación del sistema?
Lo primero es tener una mayorí­a legislativa y en el mejor de los casos tener el poder en el Ejecutivo, pero también creo que hoy debe existir un acercamiento entre los sectores progresistas del paí­s, los que quieran ese cambio y los que quieran realmente pensar en la transformación de Guatemala, pero desde sus bases, que ahí­ es donde nosotros creemos que es necesario ese acercamiento con empresarios progresistas, académicos  y nosotros que estamos dispuestos  a propiciar el debate. ¿Cuándo se empieza?, es una pregunta que depende de los distintos factores polí­ticos, pero estamos claros que esto debe de propiciarse porque debe propiciarse.

Pero, ¿pueden fortalecer su presencia en el Legislativo sólo con el hecho que el Tribunal Supremo Electoral les negó diez candidaturas a diputación?
La clave está en que nuestro proyecto polí­tico se mantenga unido, también debemos saber  jugar nuestro papel de oposición si no ganamos las elecciones. La izquierda tiene que aprender  a hacer oposición que implique estar al lado de las demandas populares, sociales y sectoriales. La clave está en que sea el pueblo el que acompañe este proceso de transformación profunda que estamos iniciando. Porque la clase polí­tica corrupta y tradicional jamás la va acompañar porque las reglas del juego para el sector económico tradicional son favorables para que los sigan. Aquí­ hay que buscar a esa población y a esos sectores que son los que pujan por el cambio, pero el papel fundamental de la izquierda en los próximos cuatro años, si no hacemos gobierno, es demostrar que realmente somos la oposición y que somos los únicos que pueden hacer las transformaciones estructurales que el paí­s necesita en favor de las mayorí­as.

El tema de los conflictos de la tierra y la distribución de la riqueza, son problemas históricos marginados en la mayorí­a de propuestas, parece fundamental para la economí­a, ¿Qué piensa al respecto?
En Guatemala es pecado hablar de reforma fiscal, de la tierra, de derechos laborales y de derechos de los pueblos indí­genas por eso es que los candidatos presidenciales  ni si quiera se atreven a abordarlos. Por eso es que hemos visto una campaña deslucida  que no entra a debatir los problemas nacionales de fondo porque al final de cuentas para no enemistarse en ciertos sectores especialmente con los financistas de campaña, los candidatos no entran a hablar en ese tema.
En el tema tierra tiene que haber democratización del uso y la tenencia de la tierra; Guatemala sigue siendo un paí­s de desigualdad en la concentración de la tierra enorme y esto  no significarí­a un problema si no existieran 300 mil familias campesinas que demandan acceso a tierra, estamos hablando casi de un millón 200 mil personas en Guatemala que viven en la expectativa de poder tener acceso a la tierra, por lo que hay que buscar los mecanismos para dar ese acceso, ya sea a través del Fondo de Tierra haciendo una estructuración total, ya sea a través de promover arrendamientos masivos de tierra y a través de la revisión de la ociosidad de la tierra y esto les conviene a los empresarios porque no hablamos de expropiación si no de que se hagan productivas las tierras que se tienen en Guatemala con vocación de asignar la producción de granos básicos, la seguridad alimentaria de aquellos que están expuestos en la crisis alimentaria ahorita y nos permitirá enfrentar la desnutrición ya que por eso la gente se nos está muriendo de hambre. Para esto hay que crear una Procuradurí­a General Agraria, porque lo que necesitamos es que el Estado se meta de lleno a resolver esta problemática, de lo contrario seguiremos viendo manifestaciones, desalojos y una cantidad de demandas insatisfechas de la población. También implica redefinir los cultivos que ahora se están poniendo de moda que ocupan una gran extensión de tierra, como es el caso de la palma africana; es decir, estamos hablando otra vez de cultivos a gran escala para ponerlo al servicio del modelo agroexportador, estamos hablando que ya en el Polochic están intentando la siembra de caña de azúcar.

Sin embargo, ahora existe un nuevo enemigo más de la tierra, como lo es el narcotráfico, ¿Qué hacer con ello?
Aquí­ es donde tenemos que estar claros del agotamiento del modelo, si no resolvemos los problemas de pobreza, exclusión, de falta de oportunidades de la gente no vamos a resolver los problemas estructurales del paí­s, porque lo que ha pasado es que no hemos enfrentado lo que motiva la delincuencia y el crimen  organizado y el narcotráfico que es la rentabilidad del negocio, en ese sentido es que urge aplicar la Ley de Extinción de Dominio y con rigor, si esos bienes son adquiridos ilegalmente, hay que desapoderárselos, pero a la par de eso el Estado tiene que tener  la capacidad de poder ir a cada uno de los lugares que están expuestos a la influencia del narcotráfico a cumplir sus papel, porque lo que vemos hoy del papel que no cumple el Estado de proveer los servicios de escuelas, hospitales, iglesias lo está cumpliendo el narcotráfico. La lucha territorial al narcotráfico es estratégica. Entendemos que ahora la lucha es  con actores que no estaban antes, pero que si seguimos ignorándolos no los vamos a poder solucionar.

Su candidatura a la Vicepresidencia apunta a que perderá un importante espacio en el Congreso, ¿Por qué decidió dejar ese puesto y participar en una contienda que resulta ser muy difí­cil y desgastante?
Yo he visto tantas cosas en el Congreso de la República y me siento tan frustrado del funcionamiento del Congreso que tampoco considero en este momento correcto seguir avalando o legitimando lo que se hace y no se hace allí­. Si una institución debe ser reestructurada totalmente es el Congreso, creo que estos tres años y medio de mi pasantí­a legislativa me han servido para identificar los verdaderos problemas que tenemos en Guatemala y creo que mucho de las soluciones de los problemas pasa con democratizar, transparentar y depurar democráticamente al Congreso de la República; lo que quiero decir es que hay un desprestigio de los diputados, hay una falta de reconocimiento a la labor, por lo que tampoco es una ganga o es que uno tenga un alto reconocimiento social por ser diputado. Yo tengo grandes retos en la vida y en la vida hay que jugárselas, si no nos arriesgamos o damos todo el esfuerzo es fácil acomodarnos y vegetarnos en el Congreso. Ahora que nazca como partido el Movimiento Nueva República, yo quiero dedicarme a estructurar un verdadero partido en Guatemala. La idea es institucionalizar un partido, crear una escuela de formación  polí­tica, crear un instituto de investigaciones y hacer vida partidaria y tener un verdadero instrumento que es el gran reto que tiene a izquierda en Guatemala y eso no lo puedo hacer estando dentro del Congreso y finalmente, si no ganamos las elecciones, encabezar una oposición férrea  y constructiva, porque, además, creemos que debe de haber un cambio generacional en los actores de la polí­tica y en la izquierda también se hace necesario ese cambio generacional.

¿Para usted, cuáles serí­an los retos de la izquierda en el paí­s?
El gran reto es demostrar que la izquierda puede ganar elecciones y nosotros podemos hacerlo, siempre y cuando trabajemos organizadamente con estrategia y claridad en lo que queremos, demostrar que podemos hacer una oposición valiente y decidida y poder hacer que todo esto confluya en que lo más rápido posible la izquierda se convierta en una verdadera alternativa de cambio en Guatemala. Como izquierda no podemos seguir siendo marginales, estando en las colas de las encuestas, la izquierda puede tener un papel protagónico en los procesos electorales, en la vida nacional, puede transformar este paí­s, pero para eso hay que hacer grandes sacrificios, como salir del Congreso para mí­ y dejar la comodidad de la curul y las motivaciones económicas que eso representa