No es lo que escribí­ en la butaca


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El señor Edgar Martí­nez (mis respetos), aquí­, en Diario La Hora, hace referencia a la Butaca que escribí­ el 3 del corriente mes titulada: “Las mujeres deben aprender a defenderse”, pero el caso es que me atribuye conceptos que no son mí­os, él dice: “El problema de la mujer es como usted menciona, de defenderse del hombre, de comprar una pistola o hacerse karateca para darle en la madre a Adán y meterle la manzana, no en la boca sino en otro lugar más doloroso”, eso no lo escribí­ yo y puede constatarse al leer mi Butaca del mencionado 3 del corriente, esos conceptos son suyos.

José Antonio Garcí­a Urrea

 


También dije en otra parte de esa Butaca: “Entonces conviene enseñarle a la mujer a defenderse de esas agresiones, tomando en cuenta que ellas también poseen fuerza muscular, con la cual pueden encararse a su agresor, sin llegar, desde luego, a extremos onerosos que agravarí­an la situación, y peor si hay descendencia procreada”, como se ve, estoy eliminando la violencia. Don Edgar también menciona lo del clon, citado por mí­, pero dije que de acuerdo con las técnicas modernas eso se llama “clonar”.

Por otra parte, el señor Martí­nez hace unas consideraciones atinadas cuando dice que: “el verdadero problema de la mujer es Adán, o sea el hombre… y otras lí­neas. Más adelante presenta una propuesta, que me parece muy buena, al decir que se debe lanzar una campaña de educación para Adán y para Eva, para que él aprenda a respetar y apreciar a la mujer como parte de su equipo, de su familia, (y concluye), allí­ estará el fin de la violencia”, muy hermoso.

En otro tema, pero relacionado a la alteración de textos, viene resultando parecido a lo que sucede con mis obras de teatro, soy dramaturgo, especialmente las de un acto, van y vienen por todo el paí­s porque hay varias que están editadas y son representadas por grupos escolares y de aficionados, entre estos se presenta la mala costumbre de hacerles “arreglos”, sin mi autorización, y me hacen decir cosas que no están en el libreto, me han ocasionado reclamos y disgustos, desde luego, tengo que aclarar ante el público que lo que se reclama no es escrito por mí­. En la actualidad soy el decano de los dramaturgos guatemaltecos, la estafeta, ya lo he mencionado, me la dejó Mario Monteforte Toledo, y también pertenezco a la Vieja Guardia del periodismo nacional, pues ya van noventa años de edad, pasaditos.

Con eso doy por concluido este diálogo, reiterándole mis respetos a don Edgar Martí­nez.