Mucho de la atención mediática de estos días se ha centrado en la elección del nuevo Tribunal Supremo Electoral, al mostrar su atención y preocupación los diferentes y pocos grupos sociales interesados en este tema durante el proceso de elección y selección de los 10 integrantes del tribunal electoral.
De las tres etapas previstas, dos ya han sido cumplidas, cuando de más de cien participantes, en donde, por cierto, por enésima vez vi al menos a tres eternos candidatos a cuanto cargo asignado a los abogados existe en nuestras leyes, habiéndose escogido ya a 40 de ellos idóneos y responsables según paradójicamente señala la Constitución, para que de ese grupo, el honorabilísimo congreso de la República decida quienes son los 5 suplentes y los 5 titulares.
He visto y leído el resumen curriular que de ellos informó Prensa Libre. A algunos los conozco personalmente y a otros ni de nombre por lo que no podría anticiparme y prejuzgar quiénes son buenos o quiénes no. De eso se encargará el corrupto sistema político representado en el congreso, que harán las “negociaciones” de siempre para que queden según sus reales voluntades y de sus jefes lo dispongan (Pérez, Arzú y Baldetti para mencionar algunos).
Sobre esta próxima elección hay dos cosas que no se pueden pasar por alto. La primera, que sea, lamentablemente el congreso el que los elija porque si los 40 aspirantes supuestamente pueden ser honorables, los 158 diputados es muy difícil que lo sean.
La segunda cuestión que debe meditarse es que no importa quienes sean designados como magistrados del TSE mientras no exista una nueva ley electoral y de partidos políticos que recomponga, repare, haga reingeniería completa con el sistema de partidos políticos que existe casi desde que Guatemala fue declarada república por don Rafael Carrera.
Sin embargo, lo más importante es dotar a esa nueva ley de dientes tipo hombre lobo feroz, para que sientan algo de temor los partidos a quienes debe ir dirigida y que ese temor los obligue a cumplir con la ley, por cuanto por hechos como la campaña anticipada que ya comenzó, la propaganda visible de los grupos políticos, el asqueroso y transfuguismo para escalar posiciones o mantenerse en el poder, y tantas cosas mas no están sujetas a regaños intrascendentes, o multas insignificantes que ni coco le ponen los políticos porque no existe manera coercitiva de hacerlas cumplir como por ejemplo que tres casos de reincidencia da lugar a la cancelación ipso facto de la agrupación de que se trate y cobrarles mediante la vía económica coactiva, con derecho al embargo de bienes de los miembros del comité ejecutivo, por las multas que no hayan sido pagadas. Aquí es donde se necesita un TSE electoral que no pase al olvido de lo intrascendente como el actual que ha sido de los peores en los últimos años, desde que desapareció la Dirección de Organizaciones Políticas que cometía los fraudes que el Señor Presidente (Tata del Universo en este nuestro pobre país), ordenaba y mandaba.
Recuerdo una vez que me encontraba en el despacho de un magistrado de la Corte Suprema de Justicia y recibió una llamada urgente del mero mero Presidente de la República diciéndole que botara en determinado sentido para ayudar a un su cuate y medio pariente. El magistrado con cortesía lo mandó al carajo y yo lo felicité a punto de llorar por esa valentía y honestidad: “mirá vos, me contestó ahora ya estoy montado en el macho y de aquí no me bajan hasta terminar mi período”. (Claro no existían los grupos terroristas de paramilitares, contra quienes lucha la fundación contra el terrorismo).
Viene esto porque cuando el congreso señale a los 10 elegidos y sus nombres sean públicos si se animan y tienen agallas suficientes pueden mandar al carajo al mismo generalísimo y su séquito de servidores y servidoras públicas y privadas, con lo cual tendrían la independencia para no seguir atados a la partidocracia chapina.
Creo, sin lugar a dudas que debe necesariamente que crearse una nueva ley electoral o hacerle reformas profundas pero también creo que el peor congreso de la historia solamente buscará, como es usual, aquello que beneficia a sus partidos.
PREGUNTA. ¿Vos Ricardo Sagastume, perdoná, porque no interpusiste la inconstitucionalidad contra el acuerdo que designó a la Fiscal Claudia Paz y Paz cuando se emitió hace casi cuatro años?, digo…