No destruya su prestigio


Yo creo que el Vicepresidente habla por no saber mucho de lo que ha sucedido en Guatemala, por lo que debiera pedir que le elaboren un resumen de lo que ha pasado en los últimos diez años, aunque sean sólo tristezas, pero que le servirá para no dar declaraciones fuera de la realidad. Entre sus declaraciones desafortunadas, está el caso que envolvió inicialmente a Meyer diciendo que en otros gobiernos se hubiera ocultado, o se hubiera convencido a la Prensa de que no se diera a conocer, pero la realidad es que ya sucedió algo en apariencia parecido, donde se dio a conocer por la Prensa, se enjuició y se encarceló a Byron Barrientos, por el desví­o de fondos del Ministerio de Gobernación, inicialmente para jinetearlos, pero el encargado de hacerlo, chispudo, se desapareció con toda la plata.

Guillermo Castañeda Lee, R-19 No. 997, Teculután, Zacapa

Que fuera la única declaración desafortunada, mal harí­amos en criticarlo, pues los seres humanos todos somos susceptibles de cometer errores pero no uno tras otro y mucho menos teniendo asesores que le cuestan al pueblo un ojo de la cara, por decirlo así­, pero la realidad es que le cuestan los dos.

Aunque lo de Byron Barrientos era algo que la intención de los que lo hicieron era que se quedara oculto, es completamente diferente de lo que sucede en el caso de Meyer, que fue algo que fue creado y planificado para que se supiera, dándole una gran publicidad a la denuncia contra el dirigente de la UNE, que no debí­a de recibir ni un solo centavo, ya que de hacerlo serí­a el fracaso del Plan Maestro, para salir al final de todo el escándalo que se hizo, limpio frente a la justicia, aunque sucio de pensamiento.

La ejecución del Plan Maestro se inició con Taracena atacando a Meyer acusándolo de malos manejos y que Taracena y Baldizón iban a ser llevados a un tribunal de honor. Con todos estos dimes y diretes se empezaba a captar la atención que era el objetivo de toda esta introducción. Con la atención ya bien controlada, aparece en escena la denuncia de que Meyer estaba usando el dinero del Congreso, con posibilidad de que oliera a robo. Con toda la atención fija y el público pidiendo la cabeza del responsable, llevan a Meyer al tribunal de honor, alguien vocifera que él no era de su agrado, etc., etc., para finalmente darle paso a la jugada maestra, el verdadero responsable es Pérez Molina que recibió dinero.

Ahora con Pérez Molina ya apaleado, desacreditado y deshecho polí­ticamente, el gobernante y todo el equipo de gobierno está seguro de que se puede probar, que Meyer no recibió ni un centavo, por lo tanto el partido y el gobierno está limpio.

Aunque todo suena que así­ como lo pinta el gobierno, que así­ es, lo curioso es que antes de que se soltara la bomba, salió el secretario privado de Meyer del paí­s, lo cual para un malpensado podrí­a sugerir que salió para evitar que se le fuera a ir la lengua, estuvo en escena un par de dí­as Conde, para decir que lo habí­a hecho por orden del secretario privado (que ya se habí­a ido) para después desaparecer y que todos suponemos que es porque anda huyendo, pero qué tal si desapareció en contra de su voluntad.

Este guión no lo hicieron los del arzobispado.

Volviendo al tema que nos ocupaba al inicio de este comentario, que son las declaraciones desafortunadas del segundo o tercero a bordo en la conducción de los destinos del paí­s, está la que dio con respecto a la siembra obligatoria de granos por los terratenientes, supuestamente para combatir el hambre, sin tomar en cuenta que algunas de las instituciones que harí­an que esto funcionara, ya habí­an desaparecido. La tapa al pomo para dejarlo mal parado, se la puso hace unos dí­as el Ministro de Agricultura, quien declaró que Guatemala tendrí­a exceso de producción de maí­z.

Voy a decir algo que creo firmemente, yo no creo que el Vicepresidente ni por asomo sea un ignorante o un irresponsable, mas bien me parece que el plan que está en marcha es para dejarlo mal parado, para que alguien conocido por todos, vaya tomando sus funciones vicepresidenciales, dejándolo a él como una figura decorativa que se dedique a cuestiones diplomáticas y de visitador a los hospitales. Lástima su prestigio.