No debe perderse el tiempo (I)


En observancia al artí­culo 158 de la Constitución Polí­tica de la República, el Congreso cerró su segundo perí­odo de sesiones ordinarias el 30 de noviembre. El Organismo Ejecutivo tiene la facultad constitucional de convocar a sesiones extraordinarias al Congreso para conocer asuntos especí­ficos que contenga la convocatoria.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

El Presidente deberí­a proceder, en uso de esta facultad, a hacerlo y la agenda deberí­a ser: a) Ley de Impuesto Sobre la Renta, b) Impuesto al reparto, acreditación a cuenta o enví­o de dividendos sobre acciones de sociedades mercantiles, c) Reformas a la Ley del Impuesto del Valor Agregado y d) Supresión o modificación de impuestos a los derivados de petróleo y a los productos alimenticios de la canasta básica.

Cuatro años de gobierno transcurren más rápido de lo que cualquiera pueda imaginarse, por ello, el Organismo Ejecutivo deberí­a de buscar un consenso con los partidos polí­ticos, sino fuera posible con todos, con los que están representados en la junta directiva del Congreso y en diciembre aprobar la reforma impositiva que socialmente urge, creando los impuestos directos que permitan cambiar la injusta estructura impositiva existente en el paí­s.

El mes de diciembre es sumamente propicio para concentrarse en las discusiones especí­ficas, en el logro de acuerdos y así­ readecuar la carga impositiva, reemplazando los impuestos indirectos que afectan a la clase media y a la mayorí­a de los guatemaltecos que viven en pobreza y extrema pobreza. Además, si los impuestos directos son sancionados y publicados antes del 31 de diciembre, entrarán en vigor el 1 de enero, garantizándole solvencia al gobierno para todo su perí­odo.

Evidencia de lo que se puede hacer es la hábil negociación del gobierno en la integración de la nueva junta directiva del Congreso. Esperarse un año más para readecuar los impuestos puede ser el equivalente a no haber aprovechado la mejor oportunidad, previo a que la crisis internacional agrave aún más la situación en Guatemala. La cúpula económica, sus voceros y CACIF -con sus profesionales contratados- nunca van a estar de acuerdo por lo que dialogar con ellos es jugar su juego de demorar y perder el tiempo.

El gobierno norteamericano entrante, sin duda alguna, modificará la carga tributaria para aminorar la crisis y lograr que el 90% de los norteamericanos paguen menos impuestos, que sean quienes concentran la riqueza los que paguen más impuestos y gocen de menos privilegios. El presidente electo, Barack Obama ha reiterado que quien perciba menos de US$120 mil de ingresos anuales, no pagará impuestos directos.

Un buen estadista, un buen estratega sabe que el tiempo perdido es su mayor enemigo. La integración en sí­ de la junta directiva que presidirá el Congreso el año entrante es la mejor evidencia del poder de convocatoria, de convencimiento y de acción polí­tica efectiva.

¿Qué es más importante? que la carga tributaria deje de ser impuestos indirectos y pase a ser impuestos directos, logrando así­ ecuanimidad y justicia y beneficiando a la mayorí­a de los guatemaltecos para que tengan recursos suficientes él y su familia, o dar exoneraciones y beneficios a un reducido grupo de importadores sin ningún resultado en los precios de la canasta básica y de los combustibles.

Si no se convocara a sesiones extraordinarias, si se pierde el tiempo y la oportunidad de lograr en diciembre la reestructuración de la carga tributaria y las modificaciones a las leyes impositivas, lo lamentaremos el resto del tiempo del actual gobierno.

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