Después del despilfarro o estatismo presupuestario o lo que haya sido, el Gobierno en sus últimos meses de Gobierno, ha terminado en descrédito ante bancadas en el mismo Congreso de la República, y se encuentra en bancarrota económica pública y nacional, para sufragar todo gasto. Ante esta situación se oye de muchas voces que se reducirá o despedirá inhumanamente, a estimable cantidad de personal en el gobierno por no poderles pagar sus salarios puntualmente, etc.
Santiago Villanueva Gudiel
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Si se llegara a lo que se dice o rumora, entonces se podrá decir que, ¡el Gobierno ha colapsado!; y que aún así, todavía aspira a seguir la familia política en el poder gobernando, jugándole la vuelta engañosa a la Constitución de la República, con cómplices en la Corte respectiva como también se rumora.
Lo que debe interesarnos a todo guatemalteco patriótico, es que no se produzcan despidos para no aumentar la miseria que ya se vive. La vida humana de esas familias vale mucho más que un gobierno, y tanto como la del que efectúe la acción y se le sucediera igual; para llamarles a la reflexión oportuna, y no se haga.
Si las bancadas de diputados en el Congreso que ahora le están pasando factura de oposición al Gobierno con argucias para no sacarlo del atolladero económico y afecta humanamente a todo el País; están abusando no sólo de la inmadurez de las otras bancadas que no pueden argumentarles, ni decirles “Cuilloâ€; sino también y concretamente haciéndosele a muchísimas familias y peor descrédito mundial al País, y por consecuencia a toda la Nación, para la sobrevivencia de la población.¿Dónde está el sentimiento patriótico?
Hace algún tiempo al alcalde Arzú se le hizo la pregunta si él recortaría o despediría personal, por alguno razón que no recordamos, pero si que él respondió: –¡Jamás!, debe sostenérseles frente a las crisis, para no aumentarla, y dar más empleo en trabajos hasta donde se pueda–. Así que rogamos cambiar esa intención o disposición de hacer despidos de empleos; puesto que es obligación de este mismo Gobierno y del que venga a sustituirlo, pagarles aunque sea retrasadamente para mantener los servicios necesarios, sostenerles la dignidad humana de guatemaltecos; y los empleados siquiera tengan un crédito que les respalde en necesidad de un préstamo bancario. Si el pago retrasadísimo lo obtuvieron hasta los expatrulleros, que se dicen de la defensa civil; ¿cómo no lo van a merecer los sufrientes empleados públicos?