Niños «robados» tienen familia


La mayorí­a de los 33 niños que iban a salir ilegalmente de Haití­ con una organización religiosa estadounidense tienen familias que sobrevivieron al sismo del 12 de enero, dijo Patricia Vargas, directora del centro que los acoge cerca de Puerto Prí­ncipe.


Los niños se encuentran en la sede de la ONG SOS Village muy asustados y tratando de reconfortarse entre ellos.

«No se puede dar las identidades de ninguno de los menores por razones legales», advirtió Patricia Vargas, la directora regional de la organización no gubernamental SOS, que el sábado atendió el pedido del Instituto Haitiano de Bienestar Social para que acogiera a este grupo de niños.

«La mayorí­a de estos niños tienen familia. Algunos de los más grandes dijeron que sus padres están vivos, y algunos dieron una dirección y números de teléfono», contó Vargas.

Algunos niños «dicen que sus padres están vivos, y algunos dieron una dirección y números de teléfono», dijo Vargas.

La embajada de Estados Unidos en Puerto Prí­ncipe confirmó el domingo la detención de diez estadounidenses en Haití­, uno más que la última cifra comunicada por las autoridades locales.

La policí­a haitiana mantení­a a los estadounidenses, miembros de una organización cristiana, detenidos bajo cargos de tráfico de niños, después de haber intentado abandonar el paí­s con 33 menores sin ningún documento apropiado, según las autoridades.

La ministra de Cultura y Comunicaciones de Haití­, Marie-Laurence Jocelyn Lassegue, dijo que los detenidos eran nueve y que el viernes por la noche trataron de cruzar a la República Dominicana con los niños, cuyas edades van de los dos meses a los 12 y 14 años.

La policí­a fronteriza «vio un bus con muchos niños. Treinta y tres niños. Cuando le pedimos los documentos por estos menores no tení­an ningún tipo de documento», explicó la ministra.

Una de las detenidas del grupo cristiano de Idaho (noroeste de Estados Unidos) aseguró en medios estadounidenses que se proponí­an luchar contra el tráfico de niños y que su intención era sólo ayudarlos.

«No tenemos estrictamente nada que ver con (el tráfico de niños). Es exactamente contra lo que intentamos luchar», se defendió Laura Silsby, en una entrevista aparecida el domingo en el diario estadounidense Idaho Press-Tribune.

«Vista la situación caótica en la que el gobierno (haitiano) se encuentra en este momento, querí­amos hacer simplemente lo que nos parecí­a justo», añadió.

«Dios nos da fuerza y consuelo», dijo por su parte Carla Thompson, otra de los miembros de la organización religiosa New Life Children»s Refuge (Refugio para la nueva vida de los niños). «Estamos muy bien. Tenemos nuestras biblias con nosotros».

«Esto es un robo, no es una adopción», afirmó el ministro haitiano Christallin el sábado tras precisar que «para abandonar Haití­ un niño necesita una autorización del Instituto de Bienestar Social, que se ocupa de los casos de adopción».

Los estadounidenses han sido remitidos a la justicia y permanecí­an detenidos en la dirección central de la policí­a judicial, en Puerto Prí­ncipe, con dos presuntos cómplices haitianos, dijo a la AFP el director general de la policí­a, Mario Andresol.

Numerosos niños han sido adoptados desde el sismo que devastó a Haití­ el 12 de enero pasado, dejando un saldo de 170.000 muertos y más de un millón de personas sin hogar.

Las autoridades estadounidenses exhortaron el miércoles a los futuros adoptantes de niños haitianos a tener paciencia y esperar a que se apliquen procedimientos «transparentes» para evitar errores y el tráfico de niños.

Por su parte, España informó que habí­a ofrecido a las autoridades haitianas un sistema de identificación genética que permitirí­a luchar con los traficantes de menores, unos de las grandes amenazas que afronta el paí­s hundido en el caos tras el terremoto.