Activistas de derechos humanos que trabajan en favor de la niñez y adolescencia aseguran que el número de niños y niñas trabajadores en Guatemala aumenta con rapidez.
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A pesar de no tener datos estadísticos, aseguran que existe un notorio aumento de niños y niñas que trabajan en zonas de riesgo, que percibieron después de trabajar en proyectos educativos en el relleno sanitario de la zona 3.
Marta Gloria Girón, de la Asociación de Salud Integral (ASI), indicó que el fenómeno de «los niños trabajadores» es el resultado de la crisis económica que vive el país, que también se relaciona con el aumento de trabajadores del sector informal que representa el 70 por ciento de la población económicamente activa.
Asimismo Girón explicó que la niñez trabajadora está sobreexpuesta a contagiarse de enfermedades dermatológicas y gastrointestinales, especialmente en los basureros municipales, donde el contacto con agentes contaminantes es muy cercano.
Educación es la prioridad
A criterio de Diego Cholotío, representante del Programa Educativo del Niño, Niña y Adolescente Trabajador (PENNAT) el problema es «un círculo vicioso», ya que los niños y niñas trabajadores, en el futuro procrearán hijos que vivirán en las mismas condiciones.
De acuerdo con Cholotío, para poder mejorar la vida de los infantes, es necesario que tengan acceso a la educación; de esta forma se les proporciona las herramientas para desarrollarse dentro del mercado laboral con mejores opciones salariales y condiciones de vida dignas.