En Guatemala tenemos muchas cosas de que enorgullecernos, es un país hermoso, con un clima incomparable (salvo ahora), nuestra gastronomía es variada y exquisita, nuestra gente es diversa y buena, nos antecedieron los mayas, en fin?cosas por las cuales, al menos yo, me siento feliz de ser chapina.
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Sin embargo, tenemos otras cosas, por las cuales avergonzarnos, y no estoy hablando de la violencia que impera en el país, de la impunidad de la que han gozado los políticos, ni del gobierno actual y del fútbol, estoy hablando de cosas serias, situaciones que acaban con la vida y también con la dignidad de los seres humanos.
Somos de la región latinoamericana, el país con más habitantes con desnutrición crónica. De 332 municipios en Guatemala, 118 están catalogados con porcentajes de desnutrición crónica por arriba de 59 por ciento en edades de 6 a 9 años, y esto a los que bien les va, porque 15 de estos municipios tienen el 80 por ciento. Por supuesto, como siempre ocurre, la población con menos recursos, y en nuestro multiétnico país, la población indígena y la que vive en las áreas rurales es la más afectada.
Más de un millón de niños padecen en Guatemala desnutrición, muchos no sobrevivirán, los que lo hagan verán mermadas sus posibilidades de desarrollo, porque a diferencia de un niño bien nutrido no tendrán la misma capacidad intelectual, porque todo infante que ha padecido de desnutrición crónica pierde hasta 11 puntos de su coeficiente intelectual, lo cual reduce también su productividad en el trabajo y por ende su calidad de vida, pues sin una educación adecuada, cosa que ya es preocupante en el país y con limitaciones para poder aprender, el niño cambiará su lápiz por un azadón, las niñas quizá lo hagan por otro trabajo en el campo, o por atender a sus demás hermanos y más adelante a sus hijos.
Hijos, que si no hacemos nada, heredarán de sus padres no sólo la pobreza, sino también este terrible padecimiento. Nos toca ahora, a nosotros nutrirnos la mente y la voluntad para reducir la desnutrición y hacer valer los derechos de los niños guatemaltecos.