La decisión de hacer que su numerosa prole estudiase en la casa ya era un desafío enorme para Jeffrey y Jennifer DenBleyker, de South Jordan, sobre todo cuando los chiquitos tenían uno o dos años. Y dado que dos de sus hijas eran de Guatemala, y que la familia está tratando de adoptar otra niña de ese país, los DenBleyker querían que la educación de sus hijas incluyese un contacto con el español y con la cultura hispana.
Con la ayuda de la empresa Go Au Pair de Murray, Blanca Mercedes Eguizábal Alvarez llegó al rescate de los DenBleyker.
La salvadoreña de 23 años se instaló en la casa de los DenBleyker en diciembre del 2011 y hace poco renovó su compromiso para quedarse un segundo año.
«Nos gusta la forma en que se incorporó a nuestro hogar», declaró Jeffrey, un ingeniero civil que trabaja con CH2M Hill, al diario The Salt Lake Tribune (http://bit.ly/UoJh9Q). «Blanca es bastante mayor que nuestros hijos y mi esposa y yo la vemos como una hermana mayor. El vínculo que desarrolló con nuestros hijos nos sorprendió gratamente».
Su esposa Jennifer, quien está a cargo de la mayor parte de la instrucción y de llevar a las niñas a distintos programas, agregó. «Traer a alguien que hable español y pueda enseñárselo (a las niñas) me alivió la carga. Me hizo sentir que podía ocuparme de las más chiquitas, pero que no me tomaban todo el día».
Los DenBleyker son una de numerosas familias que acuden a Go Au Pair deseosas de traer alguien que ayude en la educación de sus hijos y que esté dispuesto a vivir con las familias que los contratan, expresó la directora de la agencia, Tanna Wilson.
«Muchas familias tienen sus dudas porque viven con uno. Pero cuando lo ensayan, le toman el gusto», indicó Wilson, quien dijo que Go Au Pair era una de 13 agencias certificadas por el Departamento de Estado para traer adultos jóvenes al país en el marco de intercambios culturales y para cuidar niños.
La agencia trabaja con candidatos de 50 países –mayormente China, Alemania y Sudáfrica– y les ayuda a conseguir visas de trabajo.
Go Au Pair investiga los antecedentes de aspirantes a trabajar de niñeras y de las familias que las reciben. Cuando se establece un contacto entre niñera y familia, la agencia da a la niñera cursos sobre desarrollo infantil, seguridad y cultura estadounidense, visita a las niñeras una vez al mes, las reúne para que hagan actividades y paga por su seguro médico.
El Departamento de Estado exige a las familias pagar a las niñeras 196,75 dólares al mes, acotó.
La participación en el programa superó todas las expectativas de Eguizábal.
«Vivir con una familia es importante para mí», comentó. «No es lo mismo que vivir sola. Sentí la calidez» del hogar de los DenBleyker, a quienes describió como grandes anfitriones.
«Adoro a los chicos y ellos me quieren a mí», manifestó. «Y los padres son fantásticos».
La experiencia fue más que un trabajo de niñera, afirmó la salvadoreña, quien espera estudiar ingeniería civil.
«Este es mi primer trabajo, pero ahora creo que puedo hacer otras cosas», expresó. «Los chicos son una responsabilidad enorme y he aprendido a lidiar con muchas situaciones. A ser responsable».
Jeffrey DenBleyker
Padre