Nigeriano acusado de atentado fallido en EE.UU. enfrenta cadena perpetua


La imagen liberada por el Servicio de Alguaciles de EE.UU. muestra la foto de reserva de Omar Faruk Abdulmutallab, señalado por los cargos de intento de asesinato y tentativa de uso de un arma de destrucción en masa, después de un intento fallido para bombardear un avión de pasajeros el pasado dí­a de Navidad.

La justicia estadounidense acusó ayer a un joven nigeriano de intento de asesinato y uso de un arma de destrucción masiva por el atentado fallido de Navidad, mientras los jefes de seguridad aseguraron una reforma en los servicios de inteligencia.


Umar Faruk Abdulmutallab, de 23 años, fue formalmente acusado de seis cargos criminales por el frustrado atentado el 25 de diciembre en un avión de Northwest con 279 pasajeros y 11 tripulantes que llegaba a la ciudad de Detroit.

Documentos judiciales lo acusan de abordar «con una bomba disimulada» en su ropa el vuelo 253 de Northwest procedente de Amsterdam.

«La bomba consistí­a en un artefacto conteniendo Tetranitrato de pentaeritritilo (PETN), triperoxido de triacetona (TATP) y otros ingredientes», añaden los documentos judiciales, indicando que ambas sustancias son altamente explosivas.

«La bomba estaba diseñada para permitir al acusado Umar Faruk Abdulmutallab detonarla cuando quisiera, y por lo tanto causar una explosión a bordo del vuelo 253», afirman.

Si es encontrado culpable de intentar usar un arma de destrucción masiva, el joven nigeriano podrí­a ser condenado a cadena perpetua, indicó el Departamento de Justicia en un comunicado. Otros cargos en su contra implican penas máximas de 20 años de prisión, mientras que dos cargos de posesión de arma de fuego acarrean 30 años de cárcel.

«Esta investigación es acelerada, global y está en curso y ya ha producido información valiosa que seguiremos hasta donde lleve», indicó el fiscal general Eric Holder en el comunicado, confiando en que podrán llevar ante la justicia a cualquier persona que encuentren responsable del atentado.

El presidente Barack Obama reprendió fuertemente el martes a los servicios de inteligencia y seguridad por haber desoí­do «señales de alerta» antes del frustrado atentado de Navidad y exigió reformas inmediatas para corregirlas.

«El gobierno estadounidense tení­a suficiente información para desbaratar el complot y quizá para evitar el ataque el dí­a de Navidad, pero nuestros servicios de inteligencia no lograron reunir las piezas, lo que habrí­a puesto al sospechoso en la lista de personas que no pueden volar», indicó tras reunirse con responsables de inteligencia estadounidense y ministros.

Esos «fracasos (…) no son aceptables y no los toleraré», subrayó Obama. El mandatario fue aún más explí­cito en el encuentro con los responsables, indicó un funcionario.

«Esto fue una metedura de pata que podrí­a haber sido desastrosa», indicó Obama, según este funcionario, que pidió mantener el anonimato.

El miércoles altos funcionarios admitieron que se habí­an cometido errores y manifestaron su intención de reformar los servicios de inteligencia para que puedan enfrentar la cambiante amenaza de grupos terroristas. Una célula de Al Qaeda en Yemen, donde Abdulmutallab pasó un tiempo en 2009, ha reivindicado el ataque.

«No es un sistema perfecto, el factor humano tiene un papel y, luego de este incidente y de las órdenes que recibimos del presidente (Barack Obama), debemos aprender la lección y mejorarlo», dijo el miércoles el almirante Michael Mullen, jefe del estado mayor conjunto de Estados Unidos.

Por su parte, el director de inteligencia de Estados Unidos, Dennis Blair, aseguró haber tomado nota de las severas crí­ticas del presidente Barack Obama: «La comunidad de inteligencia recibió el mensaje del presidente de hoy. Lo hemos comprendido, y vamos a responder a los nuevos desafí­os».

La Casa Blanca anunció que difundirá el jueves una versión no confidencial de un informe sobre las fallas de inteligencia vinculadas al frustrado atentado.

El incidente de Navidad provocó una serie de nuevas medidas de seguridad en aeropuertos en todo el mundo y se añadieron docenas de nombres a las listas de personas que no pueden volar a Estados Unidos.

«La amenaza ha evolucionado y necesitamos anticiparnos a nuevos tipos de ataques y mejorar nuestra habilidad para anticiparnos y proteger Estados Unidos», dijo Blair.