Una compañía minera turca defendió el viernes sus medidas y antecedentes de seguridad, cuatro días después que por lo menos 284 personas murieron en la explosión e incendio en una mina de carbón, mientras altos funcionarios turcos desmintieron que hubiese habido una supervisión gubernamental escasa.
Dieciocho mineros siguen desaparecidos, dijo el ministro de energía, pese a que inicialmente se temió que hubiese todavía más de cien dentro de la mina.
El peor desastre minero en Turquía despertó una catarata de protestas y manifestaciones de indignación pública por las supuestas condiciones inseguras en las minas de carbón, una corrupción generalizada y la presunta indiferencia del gobierno. «No es accidente, sino asesinato» decía un cartelón exhibido por trabajadores que marcharon por las calles de Estambul.
La indignación pública ha despertado nuevas hostilidades hacia el gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, que ya había sido objeto de críticas intensas por la sangrienta represión de manifestantes en la Plaza Taksim de Estambul y las restricciones a los medios sociales este año.
El propietario de la mina accidentada, Alp Gurkan, dijo que ha gastado dinero de su bolsillo para mejorar las condiciones en la mina en la ciudad de Soma. «Estoy profundamente dolorido», dijo en conferencia de prensa.
Gurkan manifestó esperanza de proseguir las operaciones en la mina después de corregir todo error que encuentren los investigadores.
En respuesta a la indignación de la ciudadanía, el ministro de energía Taner Yildiz dijo el viernes que se castigará a todo culpable de negligencia en cuanto a la seguridad de la mina. «Si están en falta, no habrá tolerancia independientemente de que pertenezcan al sector público o privado», advirtió.
El partido gobernante de Erdogan solicitó al parlamento investigar el desastre, un aparente intento por indicar que las autoridades no cejarán de buscar la verdad.
Huseyin Celik, un líder del partido en el gobierno, justificó las acciones del gobierno. «No hemos tenido problemas de inspección y supervisión», aseguró. «Esta mina fue inspeccionada exhaustivamente 11 veces desde 2009».
Sin embargo, sus declaraciones plantearon el interrogante de cuán exhaustivas pueden haber sido las inspecciones para experimentar de todos modos una explosión que mató a tantos trabajadores.
Ramazan Dogru, gerente general de la mina, negó versiones iniciales de que el incendio se debió a la explosión de una unidad de distribución de energía. «Fue causada por una chispa no determinada», afirmó. «Creemos que el incendio se avivó porque había allí una entrada de aire fresco».