Los países industrializados del G8 acordaron hoy transmitir un «claro mensaje» de apoyo al crecimiento en los países pobres, y se comprometieron a cumplir sus propias metas de ayuda al desarrollo, a pesar del nerviosismo económico internacional.
Ministros y altos responsables de programas de desarrollo del G8 iniciaron un encuentro de dos días en la capital nipona durante el cual se reunirán con sus pares de países como Brasil, México, China o India, para tratar posibles vías de ayuda al desarrollo en ífrica.
Apoyar el desarrollo y la independencia económica de los países pobres, en particular en ífrica, fue el principal tema de análisis, informó un alto responsable del ministerio de Desarrollo japonés.
«Los participantes coincidieron en que los Ministros deben mandar un claro mensaje a la comunidad internacional para fortalecer el apoyo» a los países pobres, dijo.
Los países del G8 -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia- tienen previsto anunciar este domingo las principales líneas de su compromiso para reunir fondos para el desarrollo, explicó ese responsable.
«La comunidad internacional está vigilando atentamente los resultados de la cumbre de Toyako», aseguró el canciller nipón, Masahiko Komura, durante la reunión.
Los países pobres han empezado a movilizarse ante el temor de que la morosidad económica internacional provoque un descenso del nivel de ayuda.
«No podemos dejar que los problemas de la economía internacional y de cada país nos disuadan de nuestros compromisos con el desarrollo», declaró ante la prensa el mexicano Angel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En este encuentro entre el G8 y los países emergentes se establecerán las bases para la próxima cumbre de los Ocho en Toyako (norte de Japón), en julio.
Por otra parte, los expertos insisten en que se necesitaría invertir más en agricultura, para intentar reducir la escasez de comida.
«Al sector agrícola le falta financiación en la infraestructura», comentó esta semana Ifzal Ali, un responsable económico del Banco Asiático de Desarrollo.
La organización humanitaria Oxfam lamentó que los países ricos rompieran sus promesas de aumentar la asistencia a los países en desarrollo.
«Hay una falta de dirección en el aporte necesario de financiación a los países pobres», declaró Jeremy Hobbs, de Oxfam Internacional, e hizo un llamamiento a los «Ocho grandes» para que reaccionen urgentemente en la cumbre de Toyako.
Japón, el anfitrión de la cumbre, fue el país que más invirtió en ayuda humanitaria hasta el año 2000. Desde entonces, ocupa el quinto puesto en la lista de los 22 países que más dinero han donado, de acuerdo con los datos de la OCDE.
«Es muy lamentable que (el apoyo de) Japón haya disminuido un tercio respecto a 2006», afirmó el canciller nipón, Masahiko Komura. «Estoy decidido a acabar con la tendencia a la baja de la ayuda oficial de Japón para el desarrollo y a incrementarla», agregó.
En el encuentro de este fin de semana, los países del G8 también reclamarán «más transparencia en las políticas de ayuda de los nuevos donantes», informó un alto responsable del gobierno japonés que pidió el anonimato.
A las naciones emergentes se les exigirá «actuar de forma más responsable respecto a la buena gobernabilidad, el mantenimiento de la ayuda y la consideración de la democratización», añadió.