Neruda entre nosotros


El jueves 9 de noviembre, a las 18:30 horas, se presentará mi libro Minutos de Neruda en horas de Guatemala. Esta es una atenta invitación para encontrarnos en Cantón Exposición, ubicado en el Distrito Cultural Cuatro Grados Norte, en la zona 4.

Marco Vinicio Mejí­a

Con esta obra, Guatemala se ve reflejada en el espejo de Pablo Neruda, quien estuvo en nuestro en paí­s en dos circunstancias opuestas. Durante su primera visita, en julio de 1941, supo de la mudez que habí­a fabricado Jorge Ubico. El poeta chileno dio un recital para tratar de entreabrir una ventana en la vasta prisión guatemalteca. Miguel íngel Asturias fue el encargado de comentar las distintas etapas de la obra nerudiana. Sus palabras se desenvolvieron como si se tratara de señales en un recorrido triunfal sobre la conciencia del poeta chileno. Al final del libro se reproduce su inédita por desconocida intervención.

En abril de 1950, estuvo de nuevo en Guatemala para celebrar la valentí­a del patio insurrecto. De esa época se rescata un desconocido poema suyo, del cual son estos versos: «Â¡Te saludo Guatemala: que tu paz te preserve, / que tu pueblo defienda tu salud y tu altura, / que tu pueblo no deje las lámparas dormidas, / que se oigan las canciones que me diste, que brillen / las antorchas en manos de tus jóvenes puros, / sobre esta tierra en la que hoy resplandeces, / corazón verde, dulce América, patria libre!»

Minutos de Neruda en horas de Guatemala, vuelve la vista a los acentos fundamentales del imaginario latinoamericano. Incluye el diálogo culinario que el poeta chileno sostuvo con Miguel íngel Asturias en Comiendo en Hungrí­a, que fue divulgado en Guatemala hasta 1996.

Este ensayo no es una tentativa para fijarlo desde la escritura, con las aproximaciones usuales en que incurren la historia y la biografí­a, construidas desde las anécdotas y que terminan por crucificar a la mariposa en el cartón. Es más un homenaje para volver a ver el tornasol del vuelo pleno de su poesí­a. El acento nerudiano permanece vigente. Nos invita al inicio de una visión actualizada de quiénes somos los latinoamericanos y proponernos lo que realmente queremos, en medio de tanta incertidumbre, confusión, tensiones y enfrentamientos, cuando la mayorí­a de la población ha sido reducida al silencio y, por la misma fuerza de la pobreza, es una mayorí­a minorizada. Sólo es una simple, atónita y muy grande espectadora.

Ahora que Chile dejó atrás la larga noche de los generales, en el ejemplo de Neruda esperamos encontrar la inspiración para que encontremos en cada piedra, en cada hoja de árbol, en cada grito de pájaro marino, la poesí­a de un hombre que tanto amó la vida y sigue con nosotros, como anticipó en Canto General: «Mis ojos no vinieron para morder olvido.»