El Superintendente de Bancos fue el primero en sugerir que se negociara con los accionistas de Mercado de Futuros para extender el plazo a fin de lograr la devolución del dinero y algunas versiones indican que también funcionarios de la Procuraduría General de la Nación han hecho la misma recomendación sobre la idea de que si se interviene la empresa y se paralizan sus operaciones la pérdida de la inversión puede darse como un hecho.
Contra lo que sostienen algunas personas que conocen a los ejecutivos de MDF, su proceder no ha sido transparente porque de manera descarada pagaron comisiones que en realidad eran sobornos, a funcionarios públicos para que desviaran fondos y los colocaran en inversiones de alto riesgo. No era la legítima captación de inversionistas sino la sucia componenda con gente que incurrió en delito al recibir la comisión a cambio de haber situado los fondos en la casa de bolsa.
Dicho lo anterior, porque es preciso abordarlo con la más absoluta claridad a pesar de la opinión que tienen algunos amigos de los socios de MDF, debe decirse que cualquier negociación que se pueda hacer con ellos debiera tener como punto de partida la constitución de una fianza para garantizar de manera efectiva el retorno del dinero y que para el efecto es obvio que la casa de bolsa tendrá que poner a disposición de la afianzadora bienes y cuentas en garantía con valor suficiente para cubrir el adeudo al Congreso de la República.
El problema es que ya una vez se confió en la palabra y en promesas por escrito de los ejecutivos de la casa de bolsa y luego quedaron mal al no devolver el dinero en la fecha por ellos mismos establecida. Porque debemos recordar que fueron ellos los que señalaron el momento en que podrían devolver la inversión del Congreso de acuerdo con sus estimaciones del flujo de efectivo que podrían manejar y ni siquiera por ello cumplieron.
Cierto es que la mayor responsabilidad en todo este entuerto es del Congreso de la República porque fueron ellos quienes hicieron el traslado de dinero en forma anómala y por más que se busque endilgar la responsabilidad a otros, el único que ante la ley tiene que responder es quien tenía a su cargo el control de esos fondos, es decir, el mismo Presidente del Organismo Legislativo, sobre todo recordando la declaración de Meyer de que en él se iba a centralizar el manejo de los fondos.
Pero no se puede ocultar el tema de las comisiones que hace también parte de la actividad delictiva a la empresa Mercado de Futuros y esa consideración no puede quedar en el aire a la hora de iniciar negociaciones.