Negociaciones dan esperanza a israelí­es y dejan escépticos a árabes


El primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu (I) y el presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas (D) estrechan sus manos frente a la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton. TOPSHOTS/AFP PHOTO / Saul LOEB

Israel vive la reanudación de las negociaciones de paz, ayer en Washington, como un rayo de esperanza pese a persistentes dudas, pero los palestinos no comparten su visión, que tropieza con el escepticismo de la región y la hostilidad de Irán.


Manifestantes iraní­es sostienen pancartas con el lema

«La esperanza está entremezclada con la duda», resume el diario gratuito Israel Hayom, próximo al primer ministro derechista israelí­, un dí­a después del reinicio de las conversaciones entre los dos enemigos de siempre.

«Es posible que todo esto no sea más que teatro, que Netanyahu trate antes que nada de complacer a la administración estadounidense, y que sus declaraciones sólo busquen hacer recaer sobre el campo contrario (palestino) la responsabilidad de un fracaso. Pero si se trata de teatro, hay que reconocer que actuó bien», escribe en primera página Nahum Barnea, editorialista de Yediot Aharonoto.

«Quizá no fuese un show. No sólo un show. No esta vez», agrega el periodista, aludiendo a los 17 años de conversaciones israelo-palestinas sin resultados.

Incluso el influyente periódico Haaretz, en general crí­tico con el jefe del gobierno, reconoce que «Netayahu ha sorprendido cuando calificó a Abas de «interlocutor para llegar a la paz»».

Durante tiempo, la derecha israelí­ criticó a los palestinos de no ser interlocutores fiables para alcanzar un arreglo final.

Por el contrario, los palestinos ven todo negro, y resaltan que antes de ir a negociar, casi a contrapelo, a Estados Unidos, el presidente Abas ni siquiera consiguió que Israel suspendiese la colonización.

«Las cumbres en Washington, los bonitos discursos y las negociaciones que acaban en nada, ya los conocemos», declaró con amargura un miembro de la delegación palestina.

Para el analista Mahdi Abdel Hadi, «es la frustración la que predomina entre los palestinos. La gente no confí­a en Netanyahu, ni en la capacidad de Abas para conseguir un acuerdo».

«Israel impondrá una solución y utilizará todo tipo de presiones para forzar a los palestinos a firmar un acuerdo y hacer desaparecer la cuestión palestina del calendario regional e internacional», predijo el cotidiano palestino Al-Ayyam.

El desencanto es tanto más importante en el campo palestino -profundamente dividido – cuanto que las negociaciones directas se reiniciaron con un trasfondo de ataques anti-israelí­es del movimiento islamista Hamas en Cisjordania.

En Gaza, trece organizaciones armadas palestinas, entre ellas la rama militar de Hamas, anunciaron el jueves la creación de un «centro de coordinación» para sus operaciones contra «el enemigo sionista».

Amo y señor en la franja de Gaza, Hamas prometió continuar sus atentados en Cisjordania a pesar de la ola de arrestos de sus militantes en ese territorio, lanzada por sus rivales de la Autoridad Palestina con la cooperación de Israel.

Aliado de Hamas y hoy enemigo jurado de Israel, Irán condenó las negociaciones de Washington «que nacieron muertas» y están abocadas «al fracaso» y aseguró que «los pueblos de la región» son «capaces de hacer desaparecer el régimen sionista de la escena» internacional.

En un discurso con motivo de la «Jornada de Qods (Jerusalén) de apoyo a los palestinos, el presidente Mahmud Ahmadinejad criticó, sin nombrarlo, al presidente Abas, calificado de «rehén» de Israel.

Si el tono es menos virulento en otros sectores de la región, no por ello es menos pesimista, desde el Golfo a El Cairo, pasando por Beirut.

La excepción son los medios jordanos, optimistas pero prudentes – incluso si el secretario general de la Liga írabe, Amr Musa, llamó a «darle una oportunidad» al diálogo.

Recordando los precedentes fracasos, la mayorí­a de los comentaristas árabes dudan de la sinceridad de Netanyahu y de su gobierno «extremista» para comprometerse en el camino de una «paz verdadera».

IRíN Manifestación contra Israel


El presidente iraní­, Mahmud Ahmadinejad, aseguró hoy que las recién reanudadas negociaciones de paz entre israelí­es y palestinos están «condenadas al fracaso», en ocasión del Dí­a de Jerusalén, durante el cual se organizaron grandes manifestaciones contra el Estado hebreo en varias ciudades del paí­s.

«El futuro de Palestina será determinado por la resistencia de los palestinos en Palestina, y no en Washington, Parí­s y Londres», afirmó Ahmadinejad en un discurso pronunciado ante los manifestantes congregados para la oración del viernes en la Universidad de Teherán.

El mandatario iraní­ también reiteró que «los pueblos de la región son capaces de hacer desaparecer al régimen sionista del escenario» internacional. «Si los dirigentes de la región no se atreven a actuar, que dejen libres a los pueblos», afirmó.

Ahmadinejad criticó, sin citarlo, al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, calificado de «rehén» de Israel por haber iniciado el jueves en Washington negociaciones directas con el primer ministro israelí­ Benjamin Netanyahu.

«Â¿A quiénes representan? ¿Qué quieren negociar?», preguntó, refiriéndose a los negociadores palestinos. «El pueblo de Palestina y los pueblos de la región no les permitirán vender a los enemigos ni un ápice de tierra palestina», sostuvo.

Irán, que no reconoce a Israel, cuya desaparición pronostica regularmente, apoya al Hamas (acrónimo en árabe del Movimiento de Resistencia Islámica), que controla la franja de Gaza y se opone a todo compromiso con el Estado hebreo.

Poco antes, según las imágenes mostradas por la televisión estatal, cientos de miles de personas habí­an manifestado en Teherán y en varias ciudades iraní­es en ocasión de «el dí­a de Jerusalén», organizado todos los años en el último viernes del mes de ramadán por el régimen iraní­ en apoyo a los palestinos.

La televisión mostró enormes multitudes gritando «muerte a Israel» y «muerte a Estados Unidos», que llevaban carteles proclamando «Jerusalén nos pertenece» o agitando banderas palestinas.

Numerosos manifestantes agitaban también retratos del Guí­a de la República Islámica, Alí­ Jamenei, que desde hace un año apoya enérgicamente al presidente Ahmadinejad frente a la oposición reformadora.

Los reformadores renunciaron a llamar a sus partidarios a hacerse escuchar durante estas manifestaciones oficiales, para evitar desencadenar una nueva ola de represión por las fuerzas del orden.

El año pasado, la oposición aprovechó estos mitines para organizar en Teherán una manifestación paralela contra la polémica reelección del presidente Ahmadinejad, en junio de 2009.

El único lí­der opositor que habí­a anunciado públicamente su intención de manifestar, el ex presidente del Parlamento Mehdi Karubi, fue bloqueado en su domicilio de Teherán por milicianos islámicos favorables al gobierno.