Negando la excelencia (I de II)


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¡Felicitaciones por el Día de la Libertad de Prensa, especialmente a La Hora!

Presento al periodista Mario Antonio Sandoval y familia, mi pésame por el fallecimiento de su señor padre. Dios, quien en vida lo acompañó, lo tiene hoy a su lado.

Raymond J. Wennier


En nuestro sistema educativo, pedimos a los alumnos pasar por un proceso académico que va de ninguna participación a una participación completa dentro y fuera del aula pasando por las siguientes instancias. El maestro es el centro de todas las actividades realizadas en el aula, tales como instruir y determinar la aplicación de los contenidos, conceptos y habilidades únicas. Los alumnos tienen pocas oportunidades para demostrar su propia iniciativa y consecuentemente eso produce un alumno pasivo.

 En un primer lugar, las tres categorías siguientes de estrategias permiten un poco más la participación del alumno; sin embargo, siempre están centradas en el maestro. Esas estrategias, son: Los conceptos integrados que, valga la redundancia, integran  algunas habilidades y el contenido; las unidades temáticas que permiten una única exploración sobre tópico estrecho; y la enseñanza temática, algo de esto iniciado por los alumnos, lo que produce una experiencia de aprendizaje de tópicos integrados sobre temas más amplios. En un segundo lugar  de las estrategias de enseñanza, se permite mucha más participación del niño en su proceso de aprendizaje. Los maestros planifican y coordinan las exploraciones profundas que realizan, lo que permite que los alumnos o los maestros, o ambos, puedan iniciar una investigación profunda para encontrar las respuestas a las dudas, los intereses e inquietudes de los alumnos; esta extensión crea y profundiza la aplicación de los conocimientos con las habilidades de verbalización del proceso que siguieron para hacerlo y por qué lo hicieron; es ejercitar las habilidades de pensamiento y la integración de las materias académicas.

Como pueden ver, los siete niveles de estrategias de enseñanza, van de muy poca participación de los alumnos a una estrategia que ejercita las categorías de pensamiento de Benjamin Bloom y por lo tanto proveen experiencias educativas enriquecedoras para los alumnos. Ahora bien, las estrategias de enseñanza arriba mencionadas, son una parte de un todo, que se llama planificación del maestro. Para tener una coordinación, el maestro tiene que saber  a quiénes tiene como alumnos, su edad y los múltiples niveles de desarrollo académico que tendrán sus estudiantes. En muchas escuelas hay tal variedad en las habilidades de los alumnos, que puede cambiar totalmente la forma tradicional de planificar las actividades en el aula.  Los alumnos tienen que entender el propósito de las lecciones y por qué son importantes para ellos. Aquí se “sacan” los conocimientos previos. Luego, el qué, representa el contenido del CNB y deberá incluir los intereses de los alumnos. Ahora viene el cómo lo vamos a enseñar, además de las estrategias mencionadas con anterioridad. Al hablar del cómo, hay que tomar en cuenta la percepción más fuerte de los alumnos y para hacer eso es necesario planificar las lecciones en forma multisensorial. Las actividades educativas deben ser activas e interactivas, participativas, formativas e integradoras a otras materias. El cuándo o dónde hacemos la lección puede ser en el aula, durante una excursión, en un “laboratorio” (amplio sentido de la palabra, la naturaleza, el entorno, la comunidad), en juegos dirigidos con un objetivo educativo bien explicado a los alumnos y actividades como la lectura en casa. Aquí la lucha frontal y rotunda contra el analfabetismo debe ser prioritaria porque sin padres de familia educados, seguiremos con un grave déficit educacional de los niños. Para ver el progreso del desarrollo académico de los alumnos, los resultados son obtenidos en forma múltiple, en el marco de la evaluación formativa que es un proceso, no un fin, ni en una forma única. Ese proceso está centrado en los alumnos quienes demuestran, lo que han aprendido y que sí pueden aplicar los conocimientos obtenidos a situaciones nuevas, que puedan los alumnos explicar qué es lo que hicieron para lograr tal objetivo. La asociación y análisis del contenido en relación a otros contenidos, es previo pero parte de la evaluación que anotan los maestros pero sobre todo los alumnos, ellos hacen una auto evaluación de sus actuaciones académicas (Metacognición). Al tener esos resultados tanto los alumnos como los maestros pueden hacer un ajuste  a cómo proseguir si así fuera necesario. Como ven, la planificación de clases por parte de los maestros, no es asunto ligero. Es por eso que siempre decimos que los maestros necesitan tiempo en las escuelas, durante la jornada escolar para realizar ese deber. Si planifican bien, enseñan bien y se elimina la pérdida de tiempo porque éste se utiliza correctamente en la acción educadora.

Si no hacemos todo el proceso anterior, según mi opinión, estamos los maestros negando la excelencia educativa a los alumnos. He tomado el tiempo de plantear esta larga introducción porque para hablar de lo último, evaluación o medición, es obligatorio tener bien arraigados todos los puntos subrayados anteriormente. Ese es el proceso educativo que todo maestro debería hacer para realizar la correcta planificación de sus clases. El trabajo de un maestro además de ser una vocación, conlleva la responsabilidad de ayudar a los alumnos a lograr el éxito.

En la segunda parte de este artículo quiero abordar el tema “Status Socio Económico” (SES sus siglas en inglés) y su efecto sobre el aprendizaje y cómo conseguir los resultados del y para el aprendizaje de los alumnos. Estén pendientes porque explicaré, según mi criterio, cómo la pobreza tiene que ver en los resultados académicos.