Necesario civismo


-Dedicado a los Club Rotarios de Guatemala-

Rolando Alfaro

Desde esta columna de La Hora en diversas oportunidades hemos hecho énfasis en la formación cí­vica de nuestros lectores y público en general, a efecto de fortalecer la conciencia ciudadana, no sólo en lo relativo a ejercer el sufragio universal, sino a participar en todos los actos de la vida del paí­s, reconocer a sus figuras nacionales, su trayectoria, el aporte dado a la nación, su hoja de trabajo, y otros atributos tan necesarios para guiar los destinos de la República.

Sin embargo, con mucha pena y preocupación hemos notado que los años pasan y nuestras sugerencias, al igual que las de la legislación ambiental, sin temor a equivocarnos, los habitantes del territorio nacional, entidades educativas y administradores públicos, no han hecho lo humanamente posible por considerarlas, es decir, les ha faltado conciencia cí­vica.

Insistimos que para poder participar en la vida pública y privada sea presentado un trabajo, proyecto o actividad de beneficio social, debemos demostrar nuestro amor por Guatemala. Ello, se demuestra con nuestra forma de vida y trayectoria cí­vica. Lo demás sobra.

En ese sentido, es de especial importancia llamar la atención de los nuevos ciudadanos para que, si ya están debidamente inscritos y empadronados, lean y analicen las propuestas que se les presentarán por los diversos ciudadanos que poseen interés en dirigir los destinos de nuestra Guatemala. Es de trascendencia, por lo tanto, conocer a nuestras figuras polí­ticas que han hecho, su trabajo, aporte al paí­s, objetivos y planes que piensan desarrollar.

Querer a Guatemala, en consecuencia, no significa, presumir de que existen volcanes o lagos, es algo más que eso, es tener dignidad nacional, solidaridad, amor cí­vico, educación actualizada, respetar a los demás, los sí­mbolos patrios, no destruir los recursos naturales ni contaminar el ambiente, la soberaní­a, nuestra Constitución Polí­tica y muchos valores más. Eso es querer a nuestro paí­s. También, sin ninguna discusión, distinguir a nuestros conciudadanos que se han destacado en el campo cientí­fico, humaní­stico, literario, deportivo, artí­stico. Ignorarlos, es no ser guatemalteco, aunque se habite el territorio nacional.

Por lo anterior escrito, recordemos el pensamiento que nos legara el gran prominente hombre público de Grecia, como lo fue Pericles cuando en su oración fúnebre dijo: «Cuando se trata de anteponer una persona a otra para ocupar cargos de responsabilidad pública.