Navidad sin armas de fuego


Este es un llamado a todos los ciudadanos del mundo por no solo una Navidad, sino toda una vida sin armas, no solo de fuego de cualquier tipo, porque nadie merece ser herido o perder la vida porque alguien ha decidido convertirse en Dios y quitarle la vida a una persona, o dejarlo herido o con deficiencias para siempre. Cualquiera que sea la religión que profesemos, todos los seres humanos creemos en algo muy grande que guí­a nuestras vidas, y con base en esa fuerza poderosa debemos hacer lo posible por conseguir la paz que tanto anhelamos, es un proceso largo, pero debemos principiar hoy no mañana, desde que se busca un presente para un niño, hasta que se recomienda ver una serie o una pelí­cula debemos hacer conciencia en el contenido de lo que regalamos o recomendamos, porque estamos sembrando el germen de la violencia en los actuales y futuros ciudadanos, que no merecen vivir y crecer en esta sociedad colmada de sangre de tanto ser humano que muere o que es herido diariamente. Para sentar las bases de la no violencia se ha creado un movimiento liderado por el grupo Sakerti, y cuya función es crear conciencia para evitar el derramamiento de sangre por medio de las armas de fuego y de otro tipo.

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

El ser humano tiene inteligencia y ha estudiado e investigado para encontrar solución a varios problemas de la sociedad mundial, muchos/as han encontrado más de lo que buscan en sus investigaciones, pero la misma sociedad en su egoí­smo y sed de poder ha utilizado lo que se ha descubierto para hacer el mal. A través de la historia de la humanidad podemos encontrar ejemplos de cómo somos autodestructivos, pero la misma historia nos enseña que toda acción tiene una reacción, y las consecuencias han sido nefastas, han corrido demasiados rí­os de sangre inocente y seguimos sembrando y cultivando más violencia, a los que creen en Jesucristo él prodigó amor a los demás, y ¿Cuál fue la respuesta a tanto amor y bien? La muerte y no una común, la establecida para los peores delincuentes, para los que no creen en Jesús, hay muchos ejemplos de personas que han dado su vida por los demás como el emigrante guatemalteco que murió en EE.UU. por salvar la vida de otras personas. La vida está llena de héroes anónimos y de asesinos también, pero en la balanza de nuestra vida debemos tratar de sumar y nunca restar, sumar amigos, sumar cariños, sumar paz, y eso es lo que debemos hacer hoy, pensar en que la violencia no conduce a otra cosa más que a la violencia, si no ha comprado un juguete, si no ha recomendado una pelí­cula o un programa en donde las protagonistas sean las armas, es momento de rectificar, por usted, por los que están a su alrededor, por los que vienen tras usted, y por lo que ya no están con usted, haga un alto en su camino y prométase no fomentar la violencia, porque cosechamos lo que sembramos, y un poco más.

Hoy encontré bajo un vidrio olvidado un poema que un dí­a compartí­ con una persona soñadora como yo, para mí­ no ha perdido ni su esencia ni su importancia por eso le comparto una parte del mismo para que reflexione «Di tu verdad tranquila y claramente; y escucha a los demás, incluso al torpe y al ignorante. Ellos también tienen su historia. Evita las personas ruidosas y agresivas, pues son vejaciones para el espí­ritu. Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso y amargado porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú. Disfruta de tus logros, así­ como de tus planes. Interésate en tu propia carrera, por muy humilde que sea; es un verdadero tesoro en las cambiantes vicisitudes del tiempo, sé benigno contigo mismo.» Es un fragmento del poema Desiderata, palabra que proviene del latí­n que significa «COSAS DESEADAS», lo escribió Max Ehrmann quien vivió entre 1872 a 1945, y tendrá vigencia siempre que la sociedad no comprenda que se debe evitar la violencia en todas sus expresiones, desde el hogar hasta el trabajo, desde la niñez hasta la vejez, desde que aparece el sol hasta que se esconde, desde que nacemos hasta que morimos. Por el bien de la humanidad tratemos de comprendernos, de aceptarnos y de construir un mundo lleno de árboles de amor, flores de esperanza, caminos de tranquilidad, valles de paz, montañas de logros y anhelos, rí­os de bondad, puentes de comprensión, calles pobladas de hogares, no casas, ciudades llenas de niños y niñas sin hambre, sonrientes, colmados de amor, y al final estará una estrella que brillará más que ninguna, y allí­ estarán observándonos todas y todos los que murieron asesinados con un arma de fuego o de otro tipo, y como rocí­o sus lágrimas inundarán el planeta, porque estaremos en UN MUNDO SIN ARMAS. Por favor piénselo.