Con la llegada de las fiestas de fin de año, la actividad comercial experimenta un boom que permite a los negocios recuperarse de la temporada de ventas bajas.
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Todos los años, Sergio Aquino, dueño de una tienda de ropa, espera la llegada de la Navidad para recuperar la inversión que realiza constantemente para adquirir la mercadería.
Aquino asegura que las ventas empiezan a incrementarse en noviembre hasta llegar el 23 de diciembre, el día de más ventas en el año. «A veces contrato a mis sobrinas para que me ayuden porque viene mucha gente y no se le puede atender».
El optimismo de Aquino contrasta con la situación de Olga López, vendedora informal de artículos navideños, quien asegura que este ha sido el peor de sus años como comerciante.
«La situación está muy difícil y la gente ya no gasta en su dinero en cosas navideñas como antes», comenta, mientras ofrece sus productos. Asegura que la necesidad de obtener dinero le obliga a reducir los precios de sus mercancías hasta el punto de obtener una mínima ganancia.
Más comercio
Hugo Maúl, analista económico, considera que la temporada prenavideña es el momento de mayor flujo comercial en todo el año; es el tiempo que permite estabilizar el balance de ventas a cientos de comercios y les da aliento para continuar con su actividad hasta el siguiente año.
El economista asegura que el pago del aguinaldo en diciembre es la motivación principal para que se oferte más productos y aumente su demanda, sin embargo el capital se concentra en los grupos comerciales con más poder de competencia y que ejercen la hegemonía en el mercado.
Comenta que la situación del comercio informal se encuentra en desventaja, en comparación con los negocios formales, que ofrecen a la clientela más garantías y beneficios en sus compras, además de asegurarse un espacio en los medios de comunicación para hacer publicidad.
«Las principales concentraciones de capital durante las ventas navideñas se observan en los centros comerciales y tiendas de prestigio, mientras que la tendencia analizada en los últimos años demuestra que los vendedores informales reportan disminución en ventas» afirma Maúl.
Un respiro
Por su parte, Carlos Barreda del Centro Internacional de Investigaciones en Derechos Humanos (CIIDH), estima que el flujo comercial en diciembre es positivo, puesto que da un respiro a la economía del país.
Sin embargo, recomienda realizar las compras según la capacidad adquisitiva propia, ya que es común que aumenten las solicitudes de préstamo, planes de extrafinanciamiento y emisión de tarjetas de crédito, para cubrir los gastos extras, «esto crea un desbalance que puede complicar la economía familiar durante el siguiente año».
«Es necesario que los padres de familia gasten con moderación para poder enfrentar los compromisos de enero con mayor liquidez, muchos tendrán que pagar colegiaturas, cancelar préstamos y reordenar sus deudas con tarjetas de crédito» afirma Barreda.
Finalmente los analistas coinciden en la necesidad de elaborar un presupuesto general de gastos cada mes, en el que dé prioridad al ahorro para el pago de los futuros compromisos y se evite la adquisición de créditos, que posteriormente complican más sus finanzas.
Contemplar un porcentaje para el ahorro dentro del presupuesto mensual es lo más conveniente, aseguran los analistas, ya que permite a las familias enfrentar los gastos inesperados con mayor tranquilidad.
Maúl estima que el 10% debe ser dirigido a cuentas de ahorro que aseguren intereses y beneficios; «el ahorro es una forma de fomentar la inversión y promover el desarrollo interno del país».
Por su parte, Barreda indica que el ahorro es positivo pero «imposible» para la mayoría de guatemaltecos que deben sobrevivir con el salario mínimo o aun menor, que es insuficiente para vivir con dignidad.
«El salario forma parte de una cadena económica en el país, y debe ser readecuado según las condiciones inflacionarias», asegura Barreda.