Náufrago salvadoreño vuela de regreso a casa


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El salvadoreño que dijo haber pasado más de 13 meses a la deriva en una lancha descubierta de un lado al otro del Océano Pacífico le dio las gracias al pueblo de las Islas Marshall por haber cuidado de él y dijo que se sentía «muy bien» antes de partir el lunes de regreso a casa.

Por MIKI TODA, MAJURO, Agencia AP

El propio presidente de Islas Marshall, Christopher Loeak, acudió al aeropuerto de Majuro, la capital, a despedirlo.

«Gracias por su apoyo y el apoyo de su pueblo», dijo en voz baja José Salvador Alvarenga, de 37 años, hablando en español. Ya afeitado y caminando sin ayuda en el aeropuerto, agregó: «Estoy muy bien».

Unas 50 personas —entre autoridades, voluntarios, periodistas y otros— se congregaron en el aeropuerto para la despedida. Estaba volando primero a Hawái y luego a El Salvador, donde se reunirá con su familia.

Acompañado por Diego Dalton, un funcionario de la embajada de El Salvador en Japón, dijo que la gente de las Islas Marshall «fueron muy buenas» con él y los llamó «mis buenos amigos».

La primera vez que Alvarenga apareció en público hace una semana, cuando saludó a cientos de simpatizantes en Majuro, tenía un aspecto tan vivaz que muchos pusieron en duda su relato.

Sin embargo, lució mucho más débil el jueves durante una breve aparición pública en un hotel y tuvo que ser asistido en la sala por dos personas, mientras que otros estuvieron cerca, dispuestos a ayudar de ser necesario.

Su familia en El Salvador ha hablado con él por teléfono desde que se conoció su aventura. Su hija de 14 años, Fátima, dijo la semana pasada que no recuerda haber visto a su padre nunca, pues él salió de El Salvador cuando la menor tenía un año de edad.

Alvarenga apareció en las costas de las Islas Marshall a fines del mes pasado y contó su asombrosa historia de supervivencia.

Durante su recuperación de dos semanas en un hospital y un hotel de Majuro, Alvarenga dijo a las autoridades que zarpó de la costa del sur de México a fines de 2012 con otro pescador, quien murió después, cuando una tormenta los sacó de curso.

Aseguró que navegó a la deriva por 10.500 kilómetros (6.500 millas) y que sobrevivió comiendo tortugas, peces y aves.