Narcoactividad: ¿Tantas reuniones para seguir en las mismas?


francisco-caceres

A lo largo de cuatro decenios el tema de la narcoactividad ha sido abordado en sinnúmero de cónclaves, foros, conferencias, cúpulas o simples reuniones, a un costo de muchos millones de dólares o quetzales que no han salido de ninguna otra parte más que de los bolsillos de los contribuyentes. Mientras tanto, la gente trabajadora, honrada y totalmente alejada de la delincuencia y del vicio, seguimos padeciendo sus consecuencias y con las preguntas de siempre: ¿Cuánto habremos mejorado su control, combatido eficazmente a los responsables y contrarrestado de alguna manera sus terribles consecuencias?

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

 


Claro, la hipocresí­a, las conveniencias, como las estrategias de quienes quieren dar la apariencia de estar dándole una “férrea lucha” al narcotráfico se siguen repitiendo con increí­ble desfachatez, entre otras, que nunca antes se habí­an logrado tantos decomisos de armas, vehí­culos o laboratorios; miles de millones de kilos o toneladas de droga, ocultando hábilmente que solo unos cuantos pelones de tercera o cuarta lí­nea jerárquica de implicados en el negocio del siglo y de nuestra historia, van a parar con sus huesos a las cárceles. Hablando sin ambages, la droga mueve al mundo y tanto Guatemala como los demás paí­ses de Centroamérica no son la excepción, y por ello seguimos de mal en peor, enquistándose cada dí­a que pasa hasta en la sopa. Veamos los números, comprobemos que no es hablar pendejadas cuando se dice que por chorros sale el dinero de entidades estatales o de las mentadas ONGs para sufragar sinnúmero de cónclaves que no tienen otro propósito que el de aparentar que se está haciendo mucho, pero que a la hora de ver resultados aparecen ceros por todos lados. Por ejemplo, el último show desplegado en Guatemala llegó a la repetida conclusión de que “el área centroamericana debe estar unida, hacer una alianza o actuar de manera conjunta ante las instancias internacionales”, palabrerí­o que en resumen significa seguir tendiendo las manos a los paí­ses u organizaciones amigas para que nos den más y más pisto y solidaridad, para luego, continuar en el cí­rculo vicioso de más cónclaves, foros, conferencias, cúpulas o simples reuniones en donde abundan, para beneficio de unos cuantos, platillos exquisitos, buenos licores, suntuosos hoteles y las consabidas “distracciones” de siempre. Mientras tanto, aquellos que les conté, con o sin estado de Sitio siguen haciendo de las suyas, fuera en Petén, Cobán, Huehuetenango, en la capital y en sinfí­n de lugares más, financiando campañas electorales, comerciando la droga al por mayor y menor impunemente y haciendo pedazos a nuestra sociedad, en especial a nuestra juventud, la que finalmente termina pagando el pato. ¿Cuánto tiempo más vamos a permitir que nuestros dirigentes solo vivan de las apariencias, viéndole la cara a la población de lo que no es, pues no tiene ni un pelo de tonta?, ¿es que nunca nos vamos a indignar para exigir eficacia, con buenos y efectivos resultados?