Grandes grietas se abrieron en el suelo hace dos años, ante la mirada atónita de decenas de familias de las colonias La Asunción, San José Buena Vista, Los Magueyes y Los Olivos en la zona 1 de Mixco, quienes fueron obligadas a dejar sus casas.
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Hoy, viven aisladas en una especie de gueto, hacinadas y con limitaciones para acceder a los servicios básicos, pero continúan esperanzadas en que las autoridades escuchen su desesperado pedido de ayuda.
El calor es sofocante en la pequeña vivienda “temporal” de Crisanta Marroquín, una mujer de mediana edad, que todos los días debe sortear una serie de obstáculos para conseguir el agua para su familia, un recurso que muchas otras personas tienen a la mano con tan solo abrir el grifo en su casa.
Crisanta, junto a su familia, fue trasladada hace dos años a los albergues que les otorgaron la Municipalidad de Mixco y el Fondo Nacional para la Paz –en proceso de liquidación–, luego de que grandes grietas ocasionadas por una falla tectónica hicieran que sus colonias fueran declaradas áreas inhabitables y de alto riesgo en el Cerro Alux.
Ahora, en ese improvisado caserío todavía viven 173 de familias en condiciones de hacinamiento, que además deben compartir los sanitarios, las pilas e incluso el pago de la electricidad, el cual es hasta tres veces mayor al que tenían en sus casas.
“Utilizamos las pilas, los sanitarios y las duchas con cinco familias más, algo que no hacíamos cuando teníamos nuestras casas”, dice con mucho pesar Crisanta. Y es que cada casa alberga a familias numerosas, de entre 6 y 8 miembros, por lo que el hacinamiento se empeora con el pasar del tiempo.
“Mis hijos se han enfermado, han entrado en depresión, bajaron su rendimiento escolar; mi esposo se puso muy grave, al grado de darle una parálisis facial por la tristeza. Él luchó para hacer una casa y se endeudó”, lamenta la entrevistada.
Las viviendas unifamiliares en las que se encuentran ahora están compuestas por una estructura de tubos de PVC, su dimensión es de tres metros de ancho y seis metros de largo, las paredes son fabricadas con material fibrolit (láminas de fibrocemento) y su techo es de lámina de zinc.
Marroquín añade que “todo lo que se había gastado para comprar las cosas necesarias de su casa, y ahora se están arruinando; son cosas que se encuentran recomendadas ya que aquí no hay espacio para tenerlas, como los muebles”.
“Es algo que nos llena de desesperación; en nuestras casas teníamos varias cosas de las que aquí carecemos. Teníamos cocina, dormitorios, sanitarios y espacios donde pudieran recrearse nuestros niños, sin temor a estar expuestos a la delincuencia que se encuentra por estas áreas”, lamenta Crisanta.
PROMESA INCUMPLIDA
Dámaris Pérez, otra ama de casa que resultó damnificada, indica que antes su familia vivía en un terreno amplio y sus condiciones de vida eran muy diferentes a las actuales.
Pérez dice que ahora tienen que vivir en una casa pequeña en donde apenas les caben dos camas y una estufa de mesa en un ambiente estrecho, que no les permite literalmente “ni dar una vuelta”.
Además refiere que en época de lluvia les toca “batir lodo”, algo que no pasaba en sus viviendas anteriores. “Se nos entra el agua, las paredes de los albergues se encuentran quebradas, no porque nosotros no las cuidemos, sino porque ya son dos años y dos meses que nos tienen viviendo aquí, cuando nos prometieron que eran solo seis meses”.
“A nosotros nos fueron a sacar el Presidente y la señora Roxana Baldetti y nunca nos han dado la cara para solucionar nuestro problema”, dice. Según la entrevistada, el Gobierno ha entregado víveres para mitigar la necesidad de las familias, pero señala que “no queremos comida, lo que queremos es vivienda”.
“Nuestras casas se encuentran abandonadas. Regresar ya no podemos, les quitamos techo, puertas, no nos podemos regresar. Es por eso que les decimos al alcalde, a Baldetti y al Presidente, que no se den el lujo de dar casas en otros lados, mejor que se recuerden de nosotros”, manifiesta Dámaris.
Este es el drama en el que se encuentran las familias que fueron enviadas a los “albergues temporales”, pero que se han convertido en los únicos refugios disponibles para las familias.
PUEBLO FANTASMA
La Hora visitó el área afectada por las grietas, en donde impera un silencio total. Hay viviendas con daños severos en su estructura y algunas que están a punto de caer.
En el lugar se pueden apreciar casas que ya no tienen techo, ventanas o puertas, que fueron sustraídas por delincuentes o por los mismos propietarios de los inmuebles, en un último intento de recuperar algo de su inversión.
A escasos metros del área de riesgo hay casas con habitantes que temen por su vida, pues indican que no saben en qué momento “les puede caer el cerro encima”.
Varios de los habitantes afectados por la grieta en el municipio de Mixco son obreros, comerciantes, empleados de maquila o trabajadores de la economía informal, devengando salarios muy bajos y por eso contrataron préstamos para comprar sus terrenos o construir sus casas, pero vieron truncados sus sueños por lo sucedido hace más de dos años.
TERRENO DE ALTO RIESGO
Según David de León, portavoz de la Conred, a las personas que habitaban en el lugar se les tuvo que desalojar por un deslizamiento de tierra que se estaba presentando, pero el riesgo aún está presente. “En cualquier momento se puede tener un movimiento mayor”.
De León indica que esto es parte de la coordinación que la Conred realizó con la comuna, “porque es la Municipalidad la que tiene que darle una solución habitacional a las familias” aunque la comuna no ha avanzado en este tema y las familias aún esperan ser trasladadas a otro lugar.
Además indica que las condiciones que presenta el Cerro Alux aún son de riesgo, pues presenta en su parte alta una grieta de grandes dimensiones y aunado a eso, es una zona donde hay una importante recarga hídrica.
Según De León, la mayoría de personas que habitaban ese lugar habían sido afectadas por los fenómenos naturales que han ocurrido en el país, como el huracán Mitch y la tormenta Stan, sin embargo no se ha determinado por qué se les permitió construir sus casas en los terrenos que están declarados como reserva natural.
Cuando La Hora visitó el lugar no observó la presencia de la autoridad o agentes que resguarden la seguridad de lo que queda de las colonias o realicen un monitoreo por la grieta.
POR EL POCO VALOR DEL SUELO
Entretanto, Jorge Villatoro, codirector de la oficina de arquitectura de la organización Oficio Colectivo, indica que se permite la construcción de viviendas en este tipo de lugares por el poco valor que el suelo tiene en estas áreas.
“Generalmente son tierras que no tienen dueño o son públicas pero no se sabe exactamente, entonces el nivel de desarrollo no existe, lo cual es calificado como espacios residuales”, indica. “Son terrenos aptos para donarlos, o para regalarlos”, dice Villatoro.
El arquitecto indica que es una responsabilidad de las autoridades ediles y del Viceministerio de Vivienda del Ministerio de Comunicaciones, calificar estas áreas e indicar si son aptas para habitar o no; “es una irresponsabilidad mandar a las personas solo a que construyan en estos espacios sin estudios previos”, dice.
La Municipalidad de Mixco no respondió a las consultas de La Hora, sobre el traslado que piden las familias.
Hace dos años una grieta de enormes dimensiones surgió en la zona 1 de Mixco, en el camino viejo que conduce a San Lucas, lo que provocó que cientos de familias desalojaran sus casas entre lágrimas e incertidumbre, robándoles el sueño de tener una vivienda digna y podérsela heredar a sus hijos; ahora los afectados buscan que las autoridades les cumplan con la promesa de ubicarlos en un lugar mejor.
El alcalde de Mixco, Otto Pérez Leal; el secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Alejandro Maldonado, y el gobernador del departamento de Guatemala, Luis Alfonso Palma, ofrecieron que los hogares eran temporales con una duración de 6 meses y que entre 6 u 8 meses se tendrán las viviendas fijas, ya que se coordina con el Fondo Guatemalteco para la Vivienda (Foguavi), la búsqueda de un sector seguro, siempre en Mixco.
Sin embargo este extremo no ha sucedido, pues las familias llevan ya dos años desde que fueron trasladadas de sus colonias.
El fenómeno afectó a cuatro colonias que se encontraban constituidas al pie del Cerro Alux, siendo estas La Asunción, San José Buena Vista, Los Magueyes y Los Olivos, en zona 1 de aquel municipio.
Crisanta Marroquín