Rafael Nadal ganó ayer su octavo título en el Abierto de Barcelona, al vencer a Nicolás Almagro 6-4, 6-3 y llevarse con ello su cuarto trofeo del año.

Luego de  ir debajo 3-0 en el primer set, el español Nadal encontró su forma y le rompió el servicio a su compatriota en tres de los siguientes cuatro games para tomar control de las acciones.

Nadal ha pasado a seis finales consecutivas tras regresar de una lesión en la rodilla que le tenía fuera desde el verano pasado. Este título, 54to de su carrera, llega apenas una semana después de que su reinado de ocho años en el torneo de Monte Carlo terminase con una derrota en la final ante el número 1 mundial Novak Djokovic.

«Estoy muy feliz», dijo Nadal. «Ha sido una importante semana para mí, ganar aquí, y una gran fuente de gozo luego de todo por lo que he pasado».

Nadal ha ganado sus 10 encuentros con Almagro y su última derrota en la arcilla roja del Real Club de Tenis se produjo hace 10 años.

Su más reciente trofeo es una prometedora señal de que está regresando a su plena forma luego de una persistente tendinitis, a tiempo para el Abierto de Francia en mayo.

Almagro tuvo un buen comienzo y le robó el primer game a Nadal antes de defender su propio servicio y romperle el saque a su rival una segunda vez, para el 3-0.

Pero Nadal se compuso y muy pronto comenzó a mostrar porque no ha perdido aquí en una década, llevándose cuatro games consecutivos para asumir las riendas.

«Fue importante para mí lograr el break cuando estaba abajo 3-0», dijo Nadal. «Almagro lleva una gran temporada y le deseo lo mejor».

En el segundo, Nadal presionó desde el arranque y le rompió el saque a Almagro para colocarse arriba 3-1 y no miró atrás.

«Él mostró de nuevo por qué es el mejor jugador de la historia en esta superficie», dijo Almagro, y añadió que tratará de ganar el título el año próximo «si Rafa me deja».