Nacimientos, belenes, pesebres, portales o pasitos


El nacimiento, también llamado belén, pesebre, portal o pasitos en los diferentes paí­ses y regiones de habla hispana, es la representación plástica de escenas de la Natividad de Jesucristo, que se suele exponer durante la Navidad en hogares, iglesias y muchos centros públicos, como escuelas, organismos oficiales, comercios, etc. La construcción y exhibición de belenes forma parte de la liturgia navideña en muchas partes del mundo, especialmente en la tradición católica.


La primera celebración navideña en la que se montó un nacimiento para la conmemoración del nacimiento de Jesús fue en la Nochebuena de 1223, realizado por San Francisco de Así­s en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia). La escena del nacimiento de Cristo no fue representada con figuritas y miniaturas de objetos cotidianos, como hacemos actualmente, ni con personas, aunque para la ocasión San Francisco sí­ utilizó animales.

Se celebró la misa nocturna acompañada de una representación simbólica de la escena del nacimiento, mediante un pesebre (sin niño) con el buey y la mula, basándose en la tradición cristiana y los Evangelios apócrifos, así­ como en la lectura de Isaí­as: «Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne» (Is. 1,3). Estos animales ya aparecen en el pesebre del siglo IV, descubierto en las catacumbas de la Basí­lica de San Sebastián de Roma, en el año 1877.

Cuenta San Buenaventura en su «Legende de Santi Francisci» que tras celebrar la misa el sacerdote sobre el pesebre (utilizándolo como altar), San Francisco cantó el Evangelio y realizó la predicación sobre el nacimiento de Cristo, hijo de Dios, en circunstancias tan humildes como las que en aquel momento se reproducí­an (es decir, en una frí­a noche de invierno, en el interior de una cueva, resguardado en el lugar donde comí­an los animales que, junto al Niño, lo calentaban con su aliento, causando una enorme emoción entre los asistentes, de tal forma que el señor del lugar, Juan de Greccio «aseguró que vio un hermoso niño dormido en el pesebre, que el padre Francisco cogió en sus brazos y lo hizo dormir». Se supone que tras esta primera ocasión, que más que un belén puede asimilarse a un drama litúrgico se fue popularizando la instalación de belenes en las iglesias durante la Navidad, con figuras de terracota, cera o madera en vez de seres vivos.

Antes de la celebración de Greccio existen muchos antecedentes de representación plástica del nacimiento de Jesús, tanto en las Catacumbas romanas (lo que da idea de su relación con el cristianismo primitivo) como en las iglesias y otros lugares relacionados con el culto religioso cristiano. Los antropólogos e historiadores relacionan directamente las figuras del belén con diferentes objetos de culto de formas antropomórficas y animales, desde las Venus prehistóricas hasta las pequeñas esculturas griegas llamadas tanagras, pero muy especialmente por el culto romano a los dioses del hogar (lares) que se realizaba también mediante pequeñas esculturas con forma humana y que se custodiaban en el larario.

En todo caso, a partir del siglo XIV, (fundamentalmente a través de los monjes franciscanos, cuya regla consistente en estricta pobreza, humildad, sencillez y cercaní­a al pueblo -frente a órdenes más ricas, «aristocráticas» y cercanas al poder polí­tico- se avení­a muy bien con el humilde nacimiento del Mesí­as, por lo que usaron su representación como elemento de predicación, considerándose por tanto el pesebre un invento franciscano, cultivado especialmente por éstos y por sus las restantes órdenes franciscanas, como las clarisas y los capuchinos) el montaje de los belenes por Navidad se consolidó como tradición en la pení­nsula itálica y fue pasando al resto de Europa, al principio como práctica eclesiástica, posteriormente aristocrática y finalmente popular. Sucedió de esta forma en España, ya que cuando a mediados del siglo XVIII el rey de Carlos VII de Nápoles pasó a ser rey de España, promovió la difusión de los nacimientos entre la aristocracia española, llegando posteriormente a la práctica popular en la toda España y en América.

En el siglo XVIII en América, tras la disolución por decreto papal de la orden de los jesuitas, los franciscanos ocuparon su lugar y usaron los belenes como método de evangelización. Allí­ son habitualmente anacrónicos, ya que incluyen animales y plantas americanas, que en Palestina no se conocí­an en tiempos de Jesús, como los guajolotes, magí¼eyes y nopales; pero que recuerdan el carácter rural de la escena. Esta peculiaridad se debe también a que en la parte latinoamericana situada en el Hemisferio Sur del planeta, en Navidad no se celebra el solsticio de invierno, sino el del verano, por lo que el clima y los productos agrí­colas sudamericanos son muy diferentes a los europeos y palestinos.

Los paí­ses belenistas son, en Europa: España, Portugal, Francia, Italia, Alemania, Austria, Hungrí­a, Chequia y Eslovaquia y Polonia; asimismo son construidos en toda Centroamérica, Sudamérica y en la actualidad en los Estados Unidos. La tradición de las iglesias protestantes no es aficionada al belén, por su origen iconoclasta.

A partir del siglo XIX apareció en Europa el arte (o afición artesana) del belenismo, que en general se practica a través de Asociaciones Belenistas, la primera de las cuales fue la de Wenns (Tirol, Austria) en 1860; aunque se cree que en Barcelona ya existí­a una asociación belenista anterior a esta fecha, su creación oficial es en 1863; en todo caso, y puesto que la asociación de Wens desapareció al cabo de un año de su fundación, la barcelonesa es la asociación con actividad en la actualidad más antigua del mundo. La asociación internacional es la Universalis Foederatio Praesepistica (UN-FOE-PRAE), fundada en Barcelona en 1952 y sede actual en Roma (Italia).

CURIOSIDADES LOCALES

En los pesebres populares de Cataluña se incluye una figura tí­pica y muy antigua llamada caganer que representa a un campesino en el acto de la defecación, que hace referencia a cultos agrarios relacionados con la fertilidad del campo. El «pessebre» puede montarse antes de Navidad, pero es costumbre no poner el Niño en su cuna hasta la Nochebuena. La fecha tradicional para desmontar el pesebre es la Candelaria, el 2 de febrero. La actividad pesebrí­stica catalana se organiza a través de Asociaciones, que montan exposiciones durante la Navidad y organizan concursos. Parte de los personajes del pesebre catalán se basan en la obra «Els Pastorets» (los pastorcillos), obra de teatro sobre la Natividad escrita por Folch i Torres. A principios de Navidad, entre el primer sábado de Diciembre y el 23 de mismo mes, se monta en Barcelona, en la Plaza de la Catedral, la Fira (Feria) de Santa Llúcia, una de las más antiguas del mundo y la más importante de España (sin parangón con ninguna otra por la variedad y cantidad de su oferta), donde se encuentran todo tipo de figuras, accesorios para montar el belén (casitas, construcciones, aperos rurales y ajuar doméstico, luces, corcho, musgo, etc.) así­ como árboles de Navidad, muérdago, zambombas, «tiós» (tronco de árbol que se golpea para que los niños obtengan regalos) y objetos de decoración madrileña. Existe una similar, pero más pequeña, frente a la Sagrada Familia.

En Laguardia (ílava, Paí­s Vasco, España), en la Iglesia de Santa Marí­a, en la Capilla de la Inmaculada, sobre un tablado rodeado de ramas de pino y de boj, y enmarcado por un lienzo que representa la Sierra de Cantabria y un portal, se instala al menos desde 1749 un Belén barroco de movimiento, ya que sus figuras de tela, madera y cuero son articuladas. En los dí­as festivos de Navidad, tras la Misa Mayor, se escenifican distintos momentos del nacimiento y vida de Jesús. Al son de diferentes piezas musicales, a cargo de los gaiteros de la localidad, los pastores danzan, giran y se golpean moviendo sus brazos y piernas, al tiempo que los carneros luchan con sus esquilas. El 1 de enero se escenifica la presentación del Niño Jesús en el Templo, y el 6 de enero, dí­a de la Epifaní­a o de los Reyes Magos, la adoración de los mismos al Niño. Pasadas las fiestas de Navidad, el primer domingo de febrero se escenifica la huida a Egipto. Actualmente el belén está formado por un conjunto de 73 piezas. Este belén fue instalado en agosto de 2006 en Peralada durante la celebración del «Festival Internacional de Música» que se celebra cada verano desde 1987 en la mencionada localidad catalana. Fue la primera vez en la historia en que este conjunto se representó fuera de su parroquia, Santa Marí­a de los Reyes. En aquella edición, el Belén de Laguardia compartió cartel con artistas de talla internacional, como Montserrat Caballé, Jessye Norman, Riccardo Muti o Caetano Veloso.

En Provenza, al sur de Francia, los belenes incluyen a veces centenares de figurines de arcilla pintados llamados [[santons]], que representan todos los oficios y profesiones tradicionales de la región. Debido a su valor cultural, los santons se coleccionan más allá de su uso en el Portal. Gran parte de las figuras provenzales surgen de la obra literaria «La pastorale Maurel», una popular e ingenua representación teatral inspirada en la Navidad.

En la región andina de Venezuela se realiza generalmente una ceremonia para levantar al niño Jesús, llamada «Paradura del niño». En la región capital, los nacimientos combinan tradiciones criollas con modernas. Utilizan hojas de plátano y casitas coloniales de múltiples colores.

En Ecuador, México, Colombia, Guatemala, El Salvador, Venezuela, Perú, Chile y Canarias la figura del Niño se coloca después de la llegada de la Navidad, fecha en que se celebra su nacimiento, y luego de ser «arrullado» es colocado entre José y Marí­a.

En el arrullo, los padrinos del niño (quienes son encargados de dar los aguinaldos) toman al niño en una sabanita y comienzan a arrullarlo mientras se canta «duerme y no llores» u otro canto de arrullo o villancico y luego se da a besar a todos los presentes. Cada persona, toma una colación cuando besa al niño y al término; el niño es colocado entre José y Marí­a. Luego se reparten los aguinaldos, se quiebran las piñatas, y se tiene la cena de navidad.

En Perú el nacimiento se desmonta el 6 de enero, en una celebración llamada Bajada de Reyes, en la cual se invita a familiares y amigos, y se festeja mientras se va desmontando uno a uno las figuras del nacimiento. Dicha celebración se repite en grupos más grandes como comunidades o empresas privadas. Así­ mismo, en la región de Ayacucho existe el Retablo ayacuchano que consiste en un nacimiento dentro de una especie de caja de madera, que al abrirse recuerda los grandes altares de los templos del lugar, pero cargados de figuras y de colorido, pudiendo alcanzar grandes tamaños.