Cuando le expresé a Andrés, hijo de Manuel Ayau Cordón, mi condolencia por la muerte de su padre, me manifestó: «Sé que sientes mucho la falta de mi padre, ya que él te apadrinó en muchas situaciones.» ¡Qué verdad! Ciertamente, él me apadrino y lo hizo con todo cariño. Pero al reflexionar concluí que no fui el único apadrinado por Muso, ya que fueron cientos si no miles de personas que él apadrinó sin esperar nada a cambio sino que solamente quería ayudar al apadrinado.
Recordando las palabras de Andrés, y las vivencias y recuerdos durante las agradables pláticas, cambios de impresiones, e ideas con Manuel Ayau, a quien llamábamos Muso, siempre lo consideré como algo muy especial; y lo comparé en muchas ocasiones con una enorme nave pensante, para la cual, lamentablemente, en Guatemala no existía un puerto de calado intelectual para que pudiese atracar.
La falta de este calado intelectual para llegar a puerto guatemalteco forzó a esta nave (el Muso) y a otras, a buscar puertos de gran calado intelectual en el extranjero, que valoraran justamente sus dotes y su capacidad de trabajo.
Muso se dio cuenta de esta falta de dragado intelectual, y con un empuje especial, como lo realizo en todas sus actividades industriales, comerciales, docentes y filosóficas, y en la defensa de la libertad del ser humano, inició el dragado necesario para Guatemala, a través de su obra magna, que fue la fundación de la Universidad Francisco Marroquín.
Durante la obra de dragado intelectual que Muso emprendió en Guatemala para construir un puerto al que pudieran llegar naves de gran calado, que querían buscar el bienestar de Guatemala, se encontró con un pulular de piraguas que impedían u obstaculizaban el dragado y la construcción de cualquier puerto. Su propósito era la libertad de todas aquellas personas que con su capacidad especial y su buena fe tratan de mejorar la situación de la población de Guatemala.
Muso: Existimos muchos que con empeño y siguiendo tu ejemplo continuaremos el dragado y la construcción de cuanto puerto sea necesario para que puedan arribar las naves de gran calado que promuevan el bienestar de Guatemala.