El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, fue investido hoy para un segundo mandato de cinco años, completando así su transición de líder militar a civil, en una ceremonia retransmitida, en directo, por la televisión estatal.
Musharraf juró su cargo en el palacio presidencial de Aiwan-e-Sadr, un día después de abandonar su puesto de jefe de las Fuerzas Armadas, tal y como reclamaba la comunidad internacional.
Esta elección fue ampliamente criticada antes de ser validada, hace una semana, por una Corte Suprema reestructurada a su favor inmediatamente después de la instauración del estado de Excepción el 3 de noviembre pasado.
Pero la oposición y la comunidad internacional ejercen todavía intensas presiones para que Musharraf levante esta ley de excepción antes de las elecciones legislativas y provinciales previstas para el 8 de enero.
Sin embargo, Musharraf ni siquiera mencionó esta posibilidad en su discurso, limitándose a prometer que las elecciones serán el 8 de enero, «llegue el infierno a la tierra o haya diluvio».
Vistiendo una túnica tradicional oscura, Musharraf prometió defender la Constitución y proteger al país durante su mandato.
En un discurso pronunciado tras la ceremonia de investidura, Musharraf pidió a la comunidad internacional que deje a Pakistán hacer las cosas a su manera.
«Queremos democracia, queremos derechos humanos, queremos estabilidad, pero lo haremos a nuestro modo», dijo el presidente.
«Entendemos nuestra sociedad, nuestro entorno, mucho mejor que nadie en Occidente», agregó.
Recordando la amenaza de la oposición de boicotear las elecciones de enero, Musharraf prometió que serán «libres» y «transparentes» y que «ocurra lo que ocurra», se celebrarán en la fecha prevista.
«En verdad, hoy es un día histórico, es una etapa crucial en la transición de Pakistán hacia una democracia verdadera y completa», agregó.
Pero esta «transición hacia la democracia», que promete desde hace tiempo, desde su golpe de Estado del 12 de octubre de 1999, ha comenzado estas semanas por un tortuoso camino.
Fue necesario que Musharraf impusiera el estado de excepción para neutralizar a la Corte Suprema, que amenazaba con invalidar su reelección, destituyendo a los jueces recalcitrantes, lo que provocó reacciones en el mundo y generó dudas sobre su sinceridad.
Al prestar juramento como jefe de Estado civil, cedió al menos a una de las exigencias de la comunidad internacional.
Los 160 millones de habitantes de la República Islámica de Pakistán, la única potencia nuclear del mundo musulmán, iniciará así, por lo menos en teoría, un periodo de democracia «normal», donde las funciones del jefe de Estado y de jefe del Ejército no sean ocupadas por el mismo hombre.
En 2002, el golpe del general Musharraf, jefe del Ejército, fue legalizado por la justicia, mientras que el Parlamento, que había sido recientemente elegido, lo confirmó como presidente después del referendo.
La oposición, muy dividida, amenaza con boicotear las elecciones del 8 de enero, pero sus dos principales líderes, los ex Primeros ministros rivales de los años 90, Benazir Bhutto y Nawaz Sharif, que regresaron recientemente de exilio, no logran ponerse de acuerdo por ahora, como líderes de los dos partidos más importantes de la oposición.
Sharif llama a un boicot, pero Bhutto considera que ella no quiere dejar «la vía libre» al campo de Musharraf.
El jueves, el presidente estadounidense George W. Bush, que de nuevo elogió a su aliado clave en su «guerra contra el terrorismo» por haber renunciado al uniforme, le pidió sin embargo levantar el estado de excepción.
El jefe de Estado paquistaní afirmó que lo mantendrá, pues es la única manera de garantizar el buen desarrollo de las elecciones cuando el país sufre una ola de atentados sin precedentes, que ha causado más de 250 muertos en poco más de cuatro meses y donde los combatientes afines a Al Qaida avanzan en el noroeste.
Pervez Musharraf juró hoy su segundo mandato como presidente de Pakistán, la potencia nuclear musulmana en estado de Excepción desde el 3 de noviembre.
– 3 de noviembre: Musharraf proclama el estado de Excepción y suspende la Constitución argumentando la insurrección de los islamistas y la injerencia del poder judicial en la lucha del ejecutivo contra el terrorismo.
– La ex primera ministra Benazir Bhutto, que regresó del exilio el 18 de octubre, acusa a Musharraf de un «segundo golpe de Estado» pero sin descartar un reparto de poder con él si restablece la Constitución y organiza elecciones libres.
– Nawaz Sharif, ex primer ministro en el exilio, reclama la dimisión de Musharraf.
– 5 de noviembre: el presidente estadounidense, George W. Bush, pide a Musharraf que ponga fin al estado de excepción.
– 8 de noviembre: Musharraf anuncia elecciones antes del 15 de febrero y asegura que abandonará su puesto de jefe de las Fuerzas Armadas antes de iniciar su segundo mandato.
– 9 de noviembre: Bhutto es puesta bajo arresto domiciliario durante un día para impedir que participe en una manifestación de su formación, el Partido del Pueblo Paquistaní (PPP).
– 11 de noviembre: Musharraf anuncia la disolución del Parlamento el 15 de noviembre y elecciones legislativas antes del 9 de enero.
– 12 de noviembre: Bhutto rompe definitivamente las negociaciones con Musharraf y es de nuevo puesta bajo arresto domiciliario. Al día siguiente pide la dimisión de Musharraf.
– 16 de noviembre: nombramiento de un gobierno de transición. Se levanta el arresto domiciliario a Bhutto. El vicesecretario estadounidense de Estado, John Negroponte, llega a Islamabad y habla con la líder opositora por teléfono.
– 17 de noviembre: Negroponte se reúne con Musharraf. Deja Pakistán al día siguiente tras pedir el levantamiento del estado de excepción porque «no es compatible» con unas elecciones libres.
– 19 de noviembre: la Corte Suprema, reestructurada con jueces favorables a Musharraf, rechaza cinco de los seis recursos contra su reelección presidencial.
– 20 de noviembre: las autoridades fijan el 8 de enero como fecha de las elecciones generales.
– 22 de noviembre: la Corte Suprema rechaza el último recurso contra la reelección de Musharraf. La Commonwealth suspende a Pakistán porque el estado de excepción viola los valores fundamentales de esa asociación.
– 24 de noviembre: dos kamikazes causan al menos 20 muertos en Rawalpindi.
– 25 de noviembre: el ex primer ministro Sharif vuelve del exilio a Lahore (este), donde miles de partidarios lo reciben triunfalmente.
– 26 de noviembre: Bhutto y Sharif presentan sus candidaturas para las elecciones de enero.
– 28 de noviembre: en una ceremonia oficial, Musharraf cede el mando de las Fuerzas Armadas a su sucesor, el general Ashfaq Kiyani.